Compras más pequeñas y frecuentes: el consumo masivo sigue en rojo, caen las ventas en supermercados

El consumo masivo en Argentina registró en noviembre un nuevo retroceso en supermercados y comercios de cercanía, pese a la caída de la inflación. Los informes de Scentia y NielsenIQ muestran que los hogares continúan comprando menos unidades, priorizando marcas económicas y promociones, mientras la recuperación del gasto se mantiene débil y despareja.

En noviembre de 2025, las ventas de consumo masivo cayeron 1,8% respecto a octubre y apenas 0,1% en la comparación interanual, consolidando un año marcado por la contracción del gasto cotidiano de los hogares, según datos de Scentia. Aunque el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC se ubicó en 2,5% mensual, con un acumulado anual de 27,9%, la desaceleración inflacionaria no logró revertir la caída en el consumo.

El informe señala que la baja no se explica únicamente por los precios, sino por factores estructurales: deterioro del ingreso real, salarios que no se recomponen tras ajustes fiscales y recesión, aumento de gastos fijos y precariedad laboral. Esto generó un cambio en el comportamiento de compra: tickets más bajos, compras más frecuentes y preferencia por marcas económicas y presentaciones pequeñas, un fenómeno conocido como downtrading.

El impacto del retroceso no es uniforme: los comercios de cercanía y autoservicios independientes se ven más afectados, mientras que las grandes cadenas logran amortiguar la caída mediante promociones, acuerdos con proveedores y financiamiento. Pese a ello, el volumen de ventas general sigue en terreno negativo.

El canal online, si bien crece en algunos rubros como perfumería y farmacia, no logra compensar la retracción general del consumo masivo. La recuperación será lenta y condicionada, según los expertos, y dependerá de la mejora del ingreso real, mayor previsibilidad macroeconómica y fortalecimiento de la confianza del consumidor.

Según NielsenIQ, pese a un crecimiento del 2% en 2025 luego de la caída del 16% en 2024, el impulso del consumo perdió fuerza desde mitad de año, marcado por la incertidumbre electoral y la lenta recomposición salarial. El aumento de los gastos del hogar y servicios limita la capacidad de compra, mientras que las promociones históricamente altas ya no logran revertir la baja en volumen.

De cara a 2026, los analistas prevén una recuperación moderada y gradual, con consumidores cada vez más racionales y sensibles al precio, alternando entre canales y priorizando compras económicas y estratégicas. Por ahora, el consumo masivo sigue siendo un termómetro social del ajuste: menos compras, gasto más cauteloso y un cambio profundo en los hábitos de consumo.