Vacaciones de invierno: el estrés parental también afecta a los chicos

A veces, lo que más necesitan los chicos en vacaciones es que sus adultos estén tranquilos.

PAÍS16/07/202519640 Noticias19640 Noticias
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Las vacaciones de invierno llegan con la promesa de descanso, juegos y tiempo compartido. Sin embargo, muchas veces esta pausa tan esperada se convierte en una fuente adicional de estrés, especialmente para los adultos a cargo del cuidado familiar. Y aunque no siempre lo notamos, ese malestar emocional también impacta en los más chicos.

El estrés es una respuesta fisiológica del cuerpo a un desafío o una demanda. Cuando una persona se siente estresada, su cuerpo libera hormonas como el cortisol y la adrenalina para enfrentar la situación. Esta situación no solo afecta a los padres, sino que también altera la dinámica familiar y el bienestar emocional de los niños.

Durante el receso escolar, los adultos pueden sentirse sobrepasados por la reorganización de rutinas, la presión de “aprovechar el tiempo libre” o el intento de sostener una agenda entretenida y productiva para los chicos. A esto se suman factores personales o laborales no resueltos, que siguen activos incluso en días de descanso.
Los niños, por su parte, son sumamente receptivos al estado emocional de sus padres. Si los adultos están irritables, agotados o ansiosos, los chicos lo perciben y pueden manifestarlo con insomnio, cambios de humor, dificultades para relajarse o falta de disfrute.
Por eso, cuidar el bienestar emocional de los adultos no es un acto egoísta, sino una forma concreta de cuidar a toda la familia. Algunas señales a las que conviene prestar atención son: dolores de cabeza, molestias digestivas, insomnio, consumo excesivo de café, tabaco o medicamentos. Detectar a tiempo estas alertas puede evitar que el estrés se cronifique y derive en cuadros más complejos.

Para lograr unas vacaciones de invierno saludables, propongo algunas recomendaciones:

  • Bajar las expectativas: no todo tiene que ser perfecto ni planificado.
  • Dejar espacio para la improvisación y el descanso real.
  • Tratar de desconectarse, al menos por momentos, del trabajo y de las pantallas.
  • Escuchar a los chicos y compartir tiempos sin apuros.
  • Organizar actividades que realmente disfruten en familia.
  • Incluir momentos de relajación y diversión.
  • Dormir bien y alimentarse mejor.

El objetivo no es llenar los días de actividades, sino dar lugar a experiencias significativas, tiempos compartidos y calma emocional. En definitiva, transformar el descanso en un momento de conexión y bienestar genuino para toda la familia.

Dra. Laura Maffei (M.Nº 62441.), endocrinóloga de amplia trayectoria y referente en su área a nivel nacional e internacional. Directora de Maffei Centro Médico e Investigación Clínica Aplicada. @dralauramaffei

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