Hoy se conmemoran 21 años del fallecimiento del Padre Zink

Hace 21 años fallecía el Padre José Zink, el cura gaucho de Río Grande, recordado por su fe, entrega y profundo compromiso con las familias rurales de Tierra del Fuego.

RÍO GRANDE03/07/202519640 Noticias19640 Noticias
Padre Zink

Un 3 de julio, pero de 2004, la provincia de Tierra del Fuego se detuvo. La noticia del fallecimiento del Padre José Zink sacudió a una comunidad que lo reconocía como mucho más que un sacerdote: fue guía, compañero, misionero incansable y símbolo del compromiso con los más alejados. Hoy, a 21 años de su partida, su memoria sigue viva en cada rincón fueguino.

José Zink nació el 1° de marzo de 1923 en Alpachiri, un pequeño pueblo pampeano de raíces agrícolas. Hijo de inmigrantes alemanes del Volga, creció en una familia numerosa: era el penúltimo de doce hermanos. Su vocación religiosa nació en el Colegio Don Bosco de General Acha, y más tarde se formó en Filosofía en Bernal.

En 1956 fue enviado por dos meses a la Misión Salesiana de Río Grande, pero se quedó para siempre. Su conexión con la Patagonia fue inmediata: la vida rural, la nieve, los caballos, el viento y la gente marcaron su identidad. Fue párroco rural, recorriendo estancias y puestos a caballo o en camioneta, para llevar la fe y la compañía a quienes más lo necesitaban. Por su estilo sencillo y su cercanía con la gente, fue conocido como “El Cura Gaucho”.

Entre 1979 y 1984 trabajó en el Colegio Don Bosco de Ushuaia, y fue un defensor activo de la soberanía argentina en Malvinas. Durante el conflicto bélico, fue uno de los primeros en recibir a soldados heridos que llegaban a la provincia para ser atendidos.

En 1992, la comunidad lo reconoció como “Ciudadano Ilustre” por su incansable labor social, espiritual y humana.

Sin embargo, su vida se apagó trágicamente el 3 de julio de 2004, cuando la camioneta en la que viajaba chocó contra el acoplado de un camión en la rotonda de ingreso a Río Grande, mientras acudía a asistir a un feligrés.

La provincia decretó duelo por 96 horas. Los vecinos lo velaron en el gimnasio de la Misión Salesiana. Su despedida fue multitudinaria, reflejo del cariño y respeto que cosechó en décadas de servicio.

Hoy, el recuerdo del Padre Zink permanece vivo en el corazón de Tierra del Fuego. Su vida fue un ejemplo de vocación, entrega y amor por el prójimo.

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