Logopedia a lo largo de la vida: cuándo consultar y por qué es clave no esperar

Aunque muchas veces se asocia la logopedia exclusivamente a la infancia, lo cierto es que los desafíos en el habla, la comunicación o la deglución pueden surgir en cualquier etapa de la vida.

PAÍS16/06/202519640 Noticias19640 Noticias
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Aunque muchas veces se asocia la logopedia exclusivamente a la infancia, lo cierto es que los desafíos en el habla, la comunicación o la deglución pueden surgir en cualquier etapa de la vida. Detectarlos a tiempo puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de las personas afectadas.

¿Cuándo buscar ayuda en la infancia?
Durante los primeros años, algunos indicios pueden ser señales de alerta: vocabulario escaso al cumplir dos años, dificultades para pronunciar sonidos, estructurar frases o seguir instrucciones simples. También se debe estar atentos a trastornos como la tartamudez, las dislalias (errores al articular letras o sílabas) o problemas con el volumen y la calidad de la voz.

En casos donde existen diagnósticos como el Trastorno del Espectro Autista (TEA) o el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), la participación de un logopeda es clave dentro de un abordaje interdisciplinario, que no solo se enfoca en el lenguaje, sino también en la interacción y la comprensión del entorno.

Adolescentes, adultos y mayores: una necesidad poco visibilizada
A diferencia de la etapa infantil, en la adultez las consultas con logopedas suelen postergarse, a pesar de que los problemas pueden tener un fuerte impacto en lo cotidiano. Trastornos en el habla o en la voz, dificultades para tragar o comunicarse tras un ACV o una enfermedad neurológica, son solo algunos de los escenarios en los que la intervención puede ser crucial.

Además, hay muchos adultos que, sin tener una patología médica, enfrentan obstáculos en su desempeño laboral o social por la manera en que se comunican. Profesores, locutores, actores o cualquier persona que use su voz como herramienta central de trabajo puede beneficiarse de una atención logopédica.

En personas mayores, la intervención también puede ser preventiva. La logopedia ayuda a mantener las habilidades comunicativas activas y a reducir complicaciones que puedan surgir al comer o hablar. Una terapia oportuna no solo mejora la salud física, sino que impacta directamente en la autoestima y la conexión con los demás.

Signos que no deben ignorarse
Hay ciertos síntomas que indican la necesidad de una evaluación:

  • Problemas persistentes para articular sonidos.
  • Voz ronca o alterada sin motivo clínico claro.
  • Dificultades para entender o expresarse.
  • Problemas al masticar o tragar alimentos.
  • Cambios en la forma de comunicarse tras un accidente o enfermedad.

La intervención temprana suele ser menos prolongada y mucho más efectiva. Esperar a que el problema se agrave puede hacer que el tratamiento sea más complejo y menos exitoso.

El entorno también comunica
En muchos casos, es la familia, la escuela o los compañeros de trabajo quienes primero advierten que algo no está funcionando como antes. Escuchar esas observaciones, sin prejuicios, puede ser el primer paso para acompañar de manera respetuosa y eficaz.

Hoy no siempre se necesita una derivación médica para realizar una consulta. Existen centros especializados donde se puede solicitar una evaluación inicial y recibir orientación profesional. Reconocer el momento adecuado para acudir al logopeda es, muchas veces, el comienzo de una mejor calidad de vida.

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