Río Grande: cada vez son más las familias que dependen de comedores para alimentarse

La referente del comedor “Las Familias”, Alejandra Soto, advirtió un crecimiento sostenido en la cantidad de vecinos que solicitan asistencia alimentaria, impulsado por el desempleo, el endeudamiento y situaciones familiares críticas.

RÍO GRANDE05/12/202519640 Noticias19640 Noticias
Comedor

En diálogo con ((La 97)) Radio Fueguina, la referente del Comedor “Las Familias”, Alejandra Soto, describió con crudeza la situación que atraviesan numerosas familias de Río Grande, donde la demanda de asistencia alimentaria crece semana a semana y la red solidaria intenta sostener lo que el contexto económico no perdona.

En Río Grande, el día a día de muchas familias se ha reducido a lo esencial: garantizar un plato de comida. Alejandra Soto, referente del Comedor “Las Familias”, advirtió en ((La 97)) Radio Fueguina un aumento sostenido de vecinos que se acercan para solicitar mercadería o consultar cómo incorporarse a la lista de asistencia. El patrón común, señala, es la complejidad socioeconómica que atraviesa la ciudad.

La gestión de los cupos se volvió uno de los puntos más delicados "tengo 47 familias y no quiero sumar más. Atiendo a las que ya están, y si puedo, cuando me queda comida, llamo a alguien que está esperando para ingresar”, explicó Soto.

Sin embargo, esa organización no siempre alcanza "muchas veces nos quedamos sin comida y tratamos de darle a todos, pero no siempre es posible”, reconoció.

Las causas detrás del aumento de pedidos son múltiples "hay gente que perdió el trabajo; otros tenían microemprendimientos y con el aumento del alquiler ya no pueden sostenerlos”, detalló.

También mencionó situaciones personales que profundizan la vulnerabilidad, como familias donde “se enfermó un hijo”, lo que incrementa los gastos y obliga a pedir ayuda.

La referente también señaló que tanto el Municipio como el Gobierno implementaron restricciones en la entrega de productos ante casos de reventa "la gente empezó a venderlos, por eso ahora la mercadería se nos da únicamente para cocinar”, explicó, lo que limita aún más la posibilidad de acompañar a quienes necesitan alimentos para llevar.

Aun así, la red comunitaria sigue siendo clave "muchas veces puedo entregar algo más porque, además de la comida, doy la merienda, y si tengo fideos, puré de tomate u otras cosas, es porque me lo dona otra persona”, dijo Soto.

Contó además que muchos vecinos “agradecen incluso recibir un paquete de fideos, arroz o puré de tomate”, aunque también reconoció que otros “piden que se les llene la heladera o el menú del día”.

El trabajo cotidiano no solo implica esfuerzo, sino también exposición. Recordó un episodio en redes sociales, cuando fue atacada por pedir colaboración para la preparación de alimentos "me escracharon, pero gracias a Dios, todos los que me conocen me apoyaron. Ese respaldo fue un aliento y me dio más fuerza para seguir”, expresó.

Mientras el panorama económico continúa deteriorándose, el comedor “Las Familias” y la red solidaria local se convierten en un sostén cada vez más indispensable para quienes hoy dependen de la ayuda para llegar al final del día.

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