La Academia Nacional de Medicina rechazó los tratamientos de transición de género en niños y adolescentes

El ente difundió un comunicado en respuesta a consultas judiciales. Sostuvo que no avala intervenciones médicas ni quirúrgicas en menores.

PAÍS17/11/202519640 Noticias19640 Noticias
Academia Nacional de Medicina

La Academia Nacional de Medicina difundió una declaración pública en la que fijó una postura institucional frente a los tratamientos destinados a modificar el sexo en niños y adolescentes. El pronunciamiento surge, según detalló la entidad, a partir de consultas judiciales sobre intervenciones que incluyen la castración farmacológica o quirúrgica y los procedimientos de reasignación de género aplicados a menores.

En el comunicado, la institución subrayó que sus definiciones se apoyan en “principios de respeto a la vida y a la naturaleza humana” que guiaron su trayectoria histórica. Bajo ese marco, sostuvo que no avala ningún tratamiento hormonal o quirúrgico orientado a modificar características sexuales en personas menores de edad.

La Academia advirtió que estas prácticas —incluidos los bloqueadores de la pubertad y las terapias hormonales de masculinización o feminización— pueden acarrear consecuencias físicas y psicológicas graves, en muchos casos irreversibles.

Según la declaración, un alto porcentaje de adolescentes sometidos a estos procedimientos posteriormente experimenta cuadros de depresión, motivo por el cual la institución consideró necesario reforzar su rechazo.

El contexto de la modificación: la desinformación de la gestión ultraderechista

Cabe recordar un hecho no tan lejano de 2025: tras las declaraciones homoodiantes de Javier Milei en Davos y la marcha antifascista a principios de febrero, el Gobierno efectuó una modificación parcial de la Ley de Identidad de Género, pese a que la propia reforma ya había sido anunciada meses atrás y consistía únicamente en elevar de 16 a 18 años la edad mínima para acceder a tratamientos de hormonización con acompañamiento profesional.

A través de un comunicado oficial, la Oficina del Presidente afirmó que Milei había “prohibido los tratamientos y cirugías para cambios de género en menores de edad”, reforzando una narrativa que vinculó de manera directa la ideología de género con supuestos casos de abuso infantil.

El texto presidencial insistió en que los niños “no poseen la madurez cognitiva” para decidir sobre intervenciones irreversibles que —según el comunicado— implicarían “mutilación de órganos saludables” y graves consecuencias para la salud mental y física. Se trata de afirmaciones difundidas sin respaldo científico, cuya formulación retoma y amplifica los argumentos centrales que la Academia Nacional de Medicina colocó en su declaración, especialmente en lo referente a los riesgos psicológicos y físicos de las intervenciones médicas en menores.

El Gobierno también aprovechó el clima político generado por la masiva marcha antifascista para instalar nuevas controversias en aquel entonces. Tal como había ocurrido días atrás, volvió a circular información falsa respecto de la existencia de 240 supuestos centros de hormonización en la provincia de Buenos Aires, una cifra que funcionarios bonaerenses desmintieron categóricamente.

El ministro de Salud provincial, Nicolás Kreplak, explicó que lo que funciona en territorio bonaerense son consultorios con perspectiva inclusiva, destinados a garantizar atención adecuada a poblaciones históricamente marginadas, y aclaró que esos espacios no realizan hormonización sistemática ni cirugías de reasignación en menores de edad.

“La identidad de género en nuestro país es una Ley, que incluye aspectos sanitarios. No es una opción del presidente cumplir o no las leyes, está obligado. Mentir y confundir todo es solo muestra de ignorancia, maldad y homofobia”, había sentenciado el funcionario bonaerense.

Coincidencia con la reforma del Gobierno nacional

El comunicado llega en un contexto político marcado por la mencionada modificación del artículo 11 de la Ley 26.743 de Identidad de Género. Con esa reforma, el Poder Ejecutivo dispuso que los tratamientos hormonales y quirúrgicos sólo podrán realizarse en mayores de 18 años, dejando sin efecto la posibilidad de que menores accedieran a ellos mediante el consentimiento de sus familias y el acompañamiento interdisciplinario.

En su texto, la Academia señaló que estas intervenciones no se apoyan en “verdades científicas comprobadas” y recordó que diversos países que las habían promovido —entre ellos Finlandia, Suecia, Noruega, Inglaterra, los Países Bajos y algunos estados de Estados Unidos— resolvieron suspenderlas o revisarlas ante los efectos no deseados observados en la población adolescente.

La entidad sostuvo que los casos de niñas, niños y adolescentes que transitan situaciones de disforia de género deben ser abordados con un enfoque integral, centrado en la contención familiar y el acompañamiento de los servicios de salud mental, en lugar de recurrir a intervenciones que alteren el desarrollo físico.

Un rechazo basado en criterios éticos y científicos

La declaración institucional concluye que estas prácticas constituyen “peligrosas manipulaciones” que parten de “falsos conceptos sobre la identidad de hombres y mujeres”.

En esa línea, la entidad remarcó que detener el desarrollo puberal de un menor no resulta recomendable ni saludable y que afecta directamente el proceso natural de crecimiento hacia la adultez.

La Academia reafirmó que estas intervenciones son contrarias a su doctrina ético-científica permanente y sostuvo que la prioridad debe estar puesta en el acompañamiento afectivo, familiar y psicológico, en un marco de atención integral.

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