Preocupación por el inicio temprano en adicciones: niños de 11 años ya toman alcohol

La directora del Centro Municipal de Abordaje Integral en Consumos Problemáticos ”Hermana Carla Riva”, alertó que el alcohol aparece cada vez más temprano en la vida de niñas, niños y adolescentes, con casos detectados desde los 11 años.

RÍO GRANDE17/11/202519640 Noticias19640 Noticias
Adolescentes y el alcohol

El consumo de alcohol en edades cada vez más tempranas encendió una señal de alarma en la provincia. Así lo advirtió Marcela Surano, licenciada en psicología y directora del Centro Municipal de Abordaje Integral en Consumos Problemáticos ”Hermana Carla Riva”, en diálogo con la  ((La 97)) Radio Fueguina, donde analizó el panorama local y nacional, así como los riesgos asociados a la naturalización del consumo.

Surano explicó que el alcohol debe entenderse como parte del conjunto de sustancias psicoactivas disponibles para la población y subrayó que su presencia temprana puede marcar la puerta de entrada a otros consumos. “Es importante estar atento sobre todo porque los jóvenes es la primer sustancia con la que toman contacto”, destacó. Agregó que “es importante estar atentos porque posteriormente y casi de manera simultánea se empiezan a incluir otro tipo de sustancias”.

La profesional insistió en que la normalización familiar y social dificulta la detección precoz “al ser el alcohol la primera poder estar atentos y no tenerlo tan naturalizado nos permite a la sociedad adulta poder estar atentos y prestar atención a esto y poder intervenir”.

Respecto al panorama nacional, señaló que “como en todo el país en Tierra del Fuego tenemos el mismo promedio de cantidad de consumo hablando de consumo general tenemos un 84% según las últimas estadísticas que todavía no se han actualizado que es bastante”. Aclaró que “somos un país de mucho consumo de alcohol, luego de ahí habrá que distinguir los que han incorporado un consumo problemático del mismo”, aunque precisó que “el consumo es parejo más o menos en todo el país”.

Sobre los rangos etarios, Surano fue contundente "el máximo consumo se registra principalmente entre los 18 años y los 35”, pero advirtió que “las edades que se están registrando iniciales actualmente es incluso de 11 años y va bajando, y va bajando regularmente, pero el máximo consumo se registra entre 18 y 35 años”.

En su análisis por género, detalló que “por ahí en psicofármacos las mujeres son las que más consumen, hay un alto porcentaje en juegos y apuestas online por ejemplo de jóvenes y mujeres, y luego en lo que es alcohol y drogas se presenta más en varones”.

La especialista remarcó que ya se observan casos de consumo en menores "se van registrando algunos que otros casos de niños ya que comienzan a tomar alcohol y esto también es para tomar conciencia de que sí es un problema, de que sí trae muchas consecuencias en la salud y es importante que no esté naturalizado”.

Sobre los entornos familiares, advirtió "cuando existe una familia donde está absolutamente naturalizado el consumo de alcohol como algo natural como si no se fuera nada los niños, los jóvenes y demás lo incorporan como parte de sus hábitos familiares”.

El impacto neurológico también es motivo de preocupación. Surano sostuvo que “como el cerebro se va desarrollando y va creciendo hasta los 25 años aproximadamente, la interferencia de una sustancia psicoactiva, la interferencia de una sustancia que impacta en el cerebro a los 11 años, cuando estamos a la mitad del desarrollo del cerebro, por supuesto va a traer ciertas consecuencias, que al principio no se van a notar mucho”. Agregó que “el camino de cómo va impactando en el sistema nervioso central es silencioso”.

Respecto al trabajo del Centro Municipal Hermana Carla Riva, explicó "nosotros en el centro municipal trabajamos todo el tiempo sobre esto con la gente que viene porque tiene problemas o porque vienen a acompañar a los jóvenes de manera preventiva. En los grupos de asistencia quienes ya están en proceso de recuperación es un trabajo diario”. Su misión, dijo, es “construir vallas de contención para que la sociedad no insista tanto en que alguien tiene que sí o sí tomar alcohol”.

Finalmente, reflexionó sobre la presión social que enfrentan adolescentes y personas en tratamiento "el joven que no toma, que no fuma marihuana, es como el raro del grupo. Eso en los adolescentes. Y después, ya cuando uno está haciendo un proceso de tratamiento, que no es sencillo para una persona empezar a frenar el consumo, apartarse, cambiar los hábitos y demás, ciertamente a veces las familias y sociedad en general tienen mucha insistencia con que hay que tomar, y realmente no es así, se puede vivir perfectamente sin alcohol.”

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