56º Aniversario de la Confitería Roca: Un ícono de Río Grande que sigue siendo testigo de la historia local

Este 2025, la Confitería El Roca de Río Grande celebra su 56º aniversario, un hito que recuerda décadas de historia y tradición.

Río Grande04/02/202519640 Noticias19640 Noticias
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Este 2025, la Confitería El Roca de Río Grande celebra su 56º aniversario, un hito que recuerda décadas de historia y tradición. En la calle Espora, un pequeño cartel de azulejos bordó con el nombre “Confitería Roca” se mantiene firme, un símbolo que muchos riograndenses conocen bien. No hace falta decir mucho más para que los recuerdos de innumerables generaciones comiencen a florecer: el aroma de un buen café, las famosas tostadas y los submarinos que definieron el paladar de los habitantes locales.

Lo que muchos no saben es que la historia de esta confitería tiene raíces profundas en la ciudad, que en su época vivió una gran transformación debido al auge petrolero. Juan Antonio Fernández, originario de España y huyendo de la guerra, llegó a Río Grande a fines de los años 50. Tras trabajar en distintos rubros, se desarrolló en la ciudad donde se desarrolló la industria petrolera. En 1960, con el crecimiento económico que trajo consigo la llegada de empresas como “Tennessee” y el boom de YPF, Fernández decidió dar un paso hacia el entretenimiento y la cultura local, abriendo el Cine Roca.

El cine, que comenzó en un pequeño espacio dentro del Club San Martín, se convirtió en un refugio para trabajadores que ninguna familia tenían en la ciudad. Aquí se proyectaban películas que hoy forman parte del imaginario colectivo: Tiburón , Las Aventuras de Chatrán y muchas otras, todas traídas por LADE y Aerolíneas Argentinas. A pesar de la falta de infraestructura, como calefacción, la comunidad se reunía en este pequeño cine que, además de proyectar películas, ofrecía momentos de socialización con licuados, gaseosas y los famosos sándwiches que ya eran una tradición.

La evolución del cine a lo largo de los años hasta su cierre en la década del 90, cuando la falta de proyecciones y la competencia de otras ciudades llevaron a la declinación de la sala, no significó el final para este lugar emblemático. La confitería, tal como la conocemos hoy, resurgió de las cenizas, conservando ese aire nostálgico que tanto atrae a los riograndenses. Su historia se puede ver reflejada en los cuadros de artistas y personalidades que la visitaron, como León Gieco y Carlos Villagrán, quienes se convirtieron en parte de esta rica tradición.

A lo largo de los años, uno de los elementos que ha sido clave para su éxito ha sido su cocina, con los conocidos lomos y su mítica receta de tostados. Adriana Oyarzo Velásquez, cocinera por más de 30 años, fue una de las responsables de mantener viva la esencia de estos platos que se preparan a diario, sumando más de 200 lomos por turno. Su habilidad y conocimiento han sido cruciales para convertir a los lomos en una exquisitez local.

Lo que hace única a la Confitería Roca es que, a pesar de los cambios que ha atravesado Río Grande, su esencia se mantiene intacta. En un contexto donde la ciudad ha experimentado una gran modernización, con nuevos edificios y avances tecnológicos, la confitería sigue siendo un espacio que mantiene viva la memoria de aquellos tiempos. Los antiguos pobladores de la ciudad, a menudo se reúnen allí para compartir recuerdos y revivir una parte fundamental de la historia de la región.

Este 56º aniversario es un reconocimiento a esa historia, a la perseverancia de sus dueños que decidieron preservar el lugar frente a las tentadoras ofertas de compra. Hoy, la Confitería Roca sigue siendo un refugio de cultura, historia y, sobre todo, de calidez humana, donde se sigue disfrutando de un buen café y de las recetas que, generación tras generación, siguen siendo parte del ADN de Río Grande.

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