“Durante 2025 se plantea garantizar nuevamente el equilibrio fiscal para corregir definitivamente los desajustes y sostener las condiciones de estabilidad macroeconómica que permitan, junto con las reformas aprobadas por el Congreso en la Ley Bases y el DNU 70/2023, el despegue definitivo de las potencialidades productivas del país, generando un ambiente favorable para el incremento de la inversión privada, una mejora de la productividad, y el crecimiento de la actividad, del empleo y los ingresos”, asevera el mensaje del Poder Ejecutivo marcando el rumbo del gobierno de Javier Milei para el próximo año.
Estos objetivos serán posibles “a través de un superávit primario que como mínimo sea equivalente a los intereses de deuda, estimados en 1,5% del PBI”.
Previamente en el texto remitido al Parlamento se explica que para el Gobierno “el equilibrio fiscal se volvió un compromiso inquebrantable de esta gestión, al punto que se alcanzó en el primer mes de gestión”.
Luego detalla que en los primeros 7 meses del año, se obtuvo un superávit acumulado de $1.971.369 millones, que es más relevante aún si se considera que el punto de partida era un déficit de 4,6% del PBI en 2023. En detalle, el Sector Público Nacional acumuló en dicho período un superávit primario del 1,4% del PBI y un superávit financiero del 0,4% del PBI (esto es, luego del pago de intereses por 1% del PIB).