Argentinos en Harvard: ¿Cómo es la experiencia?

Cinco jóvenes que acaban graduarse hablan sobre sus proyectos a futuro y describen su paso por el campus estadounidense más prestigioso del mundo.

Mundo 04/06/2023 19640 Noticias 19640 Noticias
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Argentinos en Harvard

Julieta Cabezón Cruz, Fernando Morera, José Ignacio Nolazco, Agustina Ollivier y Joaquín Tomé son cinco jóvenes argentinos que acaban de terminar sus maestrías en Harvard. Conversaron con Infobae sobre sus trayectorias, su experiencia como alumnos en la universidad más reconocida de Estados Unidos y sus proyectos a futuro.

Harvard ocupa los primeros puestos en todos los rankings internacionales: está primera en las listas de CWUR, ARWU y Webometrics, y dentro del top 5 mundial según las mediciones de QS y Times Higher Education (THE). Más allá de los indicadores que toma cada ranking, los flamantes egresados argentinos describieron en primera persona las particularidades de estudiar allí.

La dinámica de las clases, organizadas en función de un rol activo de los estudiantes, es otro rasgo relevante. “La participación en clase se fomenta mucho, y eso permite también expresar lo que uno piensa, debatir y tener un pensamiento más crítico. Obviamente esta experiencia se incrementa y nutre por más de 90 compañeros de 33 nacionalidades diferentes”, contó Julieta Cabezón Cruz, de la maestría en Administración Pública y Desarrollo Internacional.

“Uno se prepara con anticipación, leyendo todo aquello que es asignado. Luego, en clase, la discusión se centra en interrogar y profundizar en esos conceptos, en lugar de repetir aquello que uno ya leyó. Los profesores generalmente orquestan la discusión y el aprendizaje es multidireccional: uno aprende tanto del docente, como de otros alumnos”, agregó Fernando Morera, graduado de la maestría en Gestión de Operaciones Clínicas.

La propuesta pedagógica es menos enciclopedista y más orientada a la aplicación del conocimiento, explicaron los entrevistados. “La mayoría de los cursos están enfocados en el desarrollo de habilidades para intervenir en problemas complejos de la realidad, con trabajos prácticos que tienen sentido más allá de la evaluación. Por ejemplo, en una materia trabajé con el gobierno de Uruguay para analizar sus políticas de formación docente y proponer recomendaciones, que fueron luego publicadas en un libro”, contó Agustina Ollivier, de la maestría en Diseño de Aprendizaje, Innovación y Tecnología.

Los planes de estudio flexibles e interdisciplinarios, abiertos a la posibilidad de que un estudiante elija cursos de distintas facultades, también marcaron la experiencia de los graduados argentinos. “A pesar de estar basado en la Escuela de Medicina, pude tomar cursos electivos en otras escuelas de Harvard. Por ejemplo, cursos sobre estrategia y tecnología, fondos de capital de riesgo, biodiseño y emprendedurismo en biotecnología en las escuelas de Negocios, Derecho e Ingeniería”, enumeró Morera.

“Me llamó mucho la atención cómo las soluciones a los problemas que estudiamos no se buscan exclusivamente dentro de la disciplina que define o analiza ese fenómeno. Por el contrario, se exploran alternativas fuera de la disciplina, es un constante ejercicio de expandir la frontera de posibilidades y conocimientos”, señaló Tomé.

La amplia oferta de actividades extracurriculares fue otro plus fundamental. “Hay tantas oportunidades que es imposible aprovecharlas todas. Cada semana recibía un mail con más de 30 eventos y talleres o aplicaciones a pasantías. A veces coincidían tres eventos que me interesaban y tenía que elegir estratégicamente con qué comprometerme. Muchas de estas experiencias son organizadas por estudiantes y cuentan con el apoyo de la universidad, que reconoce oficialmente clubes y asociaciones, garantiza espacios y brinda fondos para catering o materiales”, describió Ollivier.

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