Las primeras tarjetas prepagas en la Argentina llegaron en el 2004 con algunos pequeños movimientos de la mano de Mastercard y el Banco Ciudad. De hecho, la entidad bancaria las ofreció como opción destinado a un público joven. Sin embargo fue una fintech no bancaria, Ualá, la que desarrolló con mayor innovación este servicio.

El objetivo de los emisores en un inicio fue penetrar comercialmente en segmentos no bancarizados. Pero, el COVID y la inflación fueron dos impulsores exógenos que hicieron cambiar de hábitos a los usuarios expandiendo su uso para evitar el efectivo.

Tal es así que ahora podemos saber que las tarjetas prepagas demostraron un crecimiento sostenido en la demanda durante el último año, en el cual se emitieron un 52% más de tarjetas que en 2022. El dato sale de un estudio elaborado por Global Processing, la compañía que desarrolla soluciones de pago digitales en Latinoamérica.

Según la información del estudio, la cantidad de transacciones en 2023 creció en un 160% respecto del año anterior. El mismo camino sigue el volumen transaccionado, que en el mismo período subió un 370%. Del total del dinero que circuló a través de tarjetas prepagas, sólo el 5% corresponde a extracción en efectivo por cajero automático, mientras que el 90% fue destinado a compras dentro del país, y el otro 5% a consumos internacionales. En relación a los usuarios de las tarjetas prepagas, el 40% pertenece a la Generación Z y Post Z, es decir, jóvenes de entre 13 y 24 años.

Respecto al tipo de consumos que se registró, el 97% de las transacciones fueron compras, y de ese total, el 34% representa el consumo en supermercados y tiendas de alimentos. Le siguen los pagos en restaurantes y bares, luego estaciones de servicio, y por último contratación de servicios -suscripciones, cable o Internet, servicios profesionales, entre otros-.

En 2023, casi un 40% de las tarjetas prepagas emitidas fueron virtuales. Con un crecimiento semestral de más del 60%, este medio de pago se utiliza en un 52% para compras de gaming y entretenimiento, mientras que en la tarjeta física la mayor cantidad de consumos se da en los supermercados y tiendas de alimentos.