Mandatos, redes y rituales: cómo nos afectan las fiestas de fin de año

Diciembre suele ubicarse entre los meses más estresantes del año. Los cierres de actividades, los balances y las reuniones generan presión, a lo que se suman la Navidad y el Año Nuevo, cargados de emociones y expectativas. Para algunos, estas fechas son sinónimo de alegría; para otros, de angustia y depresión.

La psicóloga Mariela Rizzo explicó cómo estos estímulos afectan el bienestar emocional.
“Esta cuestión de la Navidad, del estímulo que hay,  empezamos a ver las lucecitas, los arbolitos, las redes sociales donde todo el mundo nos muestra lo que hace, su año, su éxito. Empiezan a despertar en las personas recuerdos de otras navidades, las cosas que no están”, señaló.

Según la profesional, ese contraste genera malestar: “Uno empieza a decir: ‘Uy, yo tendría que ser feliz en esta época del año y quizás no soy feliz’. Entonces empiezan a aparecer situaciones angustiantes, de estrés, aumentan las consultas de terapia”.

Rizzo indicó que muchas personas inician terapia en estas semanas previas al cierre del año.
“Nos muestran una sociedad en donde hay que ser exitoso, terminar el año con logros, estando bien, teniendo una familia perfecta y cuando uno no tiene esa familia perfecta, cuando está sin laburo, cuando no puede llenar de regalos su árbol, uno entra en este conflicto interno: ‘¿Por qué yo no me siento así?’”.

Esa contradicción emocional, afirmó, multiplica la tensión: “La realidad me dice que yo me tengo que sentir feliz porque es la época feliz, y yo no me estoy sintiendo feliz. Es una disonancia interna que genera más estrés. Yo no puedo con todo eso, y más estrés me genera”.

Sobre cómo abordar esta presión, Rizzo señaló la importancia de tomar distancia de los mandatos sociales.
“Lo más importante es ser conscientes de que esto es una cuestión comercial, una sociedad capitalista que quiere que consumamos y que nos vende esta idea”, dijo.

Agregó que es clave volver a lo personal:
“No importa que sea diciembre o Navidad: si estoy mal, estoy mal. Muy pocas personas tienen la familia perfecta; todo eso que vemos es una ficción. Las redes son una ficción porque ninguno muestra la crisis, el caos, el dolor”.

Incluso sabiendo que lo que vemos es una puesta en escena, explicó que cuesta aceptarlo.
“Vemos al compañero de laburo, un amigo o un vecino que está radiante y por más que sabemos que no es así, nos cuesta entenderlo. Pero creo que es esto: volver a las raíces, cuestionarnos estos mandatos”.

Consultada sobre si este fenómeno se repite cada año, Rizzo lo confirmó: “Sí, esto es así. Cuando uno llega a la vida adulta está bueno preguntarse qué de esta tradición queremos seguir llevando, qué nos haría bien y con quién lo quiero pasar”, sostuvo.

Y añadió que los síntomas emocionales aumentan en esta temporada.
“No hay una estadística formal, pero se habla de que aumentan entre un 30 y un 60 por ciento los síntomas de depresión, estrés y ansiedad”, señaló.