Caballero: “El Gobierno nacional dejó a Tierra del Fuego sin plan y sin interlocutores”

En diálogo con FM La Isla, el director ejecutivo de la Unión Industrial Fueguina (UIF), Ramiro Caballero, describió un escenario económico, productivo y político que según afirma, deja a Tierra del Fuego “sin plan y sin interlocutores”, en medio de un derrumbe del mercado interno, desinversión y medidas nacionales tomadas sin análisis técnico.

La industria fueguina enfrenta un panorama crítico que, para la Unión Industrial Fueguina, está siendo acelerado por medidas nacionales sin evaluación y sin canales de diálogo. Caballero advirtió que “estamos entrando en un escenario donde las decisiones no vienen acompañadas de análisis técnico ni de debate, se ejecuta y punto y los resultados ya se están viendo”.

El testimonio del dirigente llega en un contexto marcado por tres elementos centrales la “caída del mercado interno y la brutal contracción del consumo”, la salida abrupta de funcionarios nacionales claves y la posibilidad “nunca descartada” de que desde enero rija el arancel cero para celulares, una amenaza que, según afirmó, constituye un “peligroso cóctel para la continuidad productiva en la provincia”.

Caballero no minimizó el impacto de la crisis y aseguró que “el mercado está abajo, muy abajo”. Las empresas del régimen sostienen “plantas diezmadas, líneas frenadas y niveles de actividad que retrocedieron a mínimos históricos”. En su visión, “2025 ya está siendo un año de supervivencia”, y lo que viene podría ser peor si no hay “señales macroeconómicas mínimas” que permitan proyectar.

Respecto del eventual arancel cero, sostuvo que “no está descartado” y que aparece como “herramienta política y recaudatoria” del Gobierno Nacional. Para la UIF, sería letal: “Destruiría el mapa productivo del sector más numeroso del régimen, dejaría un tendal de pymes proveedoras y generaría un impacto irreversible en el empleo”. Lo resumió sin rodeos "con arancel cero, es inviable sostener el nivel de producción actual, no se compite con un aparato importado subsidiado por Asia”.

En lo político, Caballero fue categórico “la Nación tomó decisiones sin tener una política industrial. No saben hacia dónde van, y para Tierra del Fuego eso es letal”. Denunció que, tras la salida de funcionarios clave, “hoy no hay con quién hablar, no hay una estrategia industrial, no hay horizonte, sólo números”.

Otro componente crítico es el avance del contrabando. Caballero advirtió que “mientras el mercado formal cae, el ingreso ilegal de tecnología crece y presiona aún más sobre la industria nacional”. Y añadió "competimos contra lo ilegal y contra lo importado subsidiado; el Estado no controla una cosa y con la otra directamente nos empuja al abismo”.

También apuntó a la paralización de la obra pública, un factor que consideró decisivo en el deterioro socioeconómico "aumenta el desempleo, retrae la inversión y reduce el circulante de la economía interna”.

Para Caballero “lo que se discuta o no se discuta en 2025 definirá la estructura productiva de la próxima década”. La UIF prevé tres posibles escenarios: continuidad degradada del régimen, reforma profunda o desindustrialización progresiva. Alertó que, si la política no reacciona “todo esto se va a definir fuera de Tierra del Fuego y no a favor nuestro”.

El dirigente cuestionó que “ningún espacio político está enfrentando el debate de fondo”, y reclamó que la industria no puede entrar “a 2026 improvisando”, porque “no puede ser que la industria esté sola, peleando a ciegas y sin respaldo político real”.

Por último, Caballero planteó que “el régimen fueguino, tal como está, no resiste otro año de indefinición”, y que la Nación “al no tener un plan industrial, está empujando al sector a un escenario de ajuste brusco y sin red”. Por eso, sostuvo que la decisión ya no es sólo económica sino política, y que definirá si Tierra del Fuego “mantiene una estructura industrial o se convierte en un territorio desindustrializado y dependiente”.