Tres Fititos, 3.000 kilómetros: la aventura de seis amigos rumbo a Ushuaia

Seis amigos de Venado Tuerto emprendieron una épica travesía de 3.000 kilómetros en tres Fiat 600. Entre anécdotas, desafíos mecánicos y un cálido recibimiento en cada parada, llegaron a Ushuaia, su destino soñado.

Ushuaia25/01/202519640 Noticias19640 Noticias
Fititos

Un grupo de seis amigos, con un sueño en común y tres Fiat 600, hizo historia en la Patagonia. Partieron desde Venado Tuerto hacia Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, y atravesaron más de 3.000 kilómetros de asfalto, paisajes impresionantes y desafíos mecánicos. Esta aventura, que comenzó en la mente del intrépido José María “Polaco” Rada, no solo fue una odisea física, sino una prueba de amistad, perseverancia y amor por el viaje en un vehículo icónico: el Fitito.

El 12 de enero de 2025, una caravana poco convencional emprendió su marcha hacia el sur. Tres Fiat 600, acompañados por dos motos, partieron de Venado Tuerto, entre abrazos, aplausos y la promesa de superar cualquier obstáculo que el viaje les pusiera por delante. Con los motores rugiendo y la emoción palpable, los seis amigos, liderados por el "Polaco" Rada, comenzaron su desafío: llegar a Ushuaia en los emblemáticos vehículos, fabricados entre 1978 y 1980.

El recorrido no fue sencillo. Los Fititos, aunque resistentes, no estaban diseñados para atravesar la Patagonia. Sin embargo, el grupo, compuesto por un médico, un profesor de educación física, trabajadores del campo y hasta un jubilado, no temía los imprevistos. “Sabemos de mecánica, si no, quedaríamos tirados”, explicó Leandro Cenci, uno de los viajeros. Los amigos, con sus distintas experiencias y habilidades, rotaban al volante y trabajaban en equipo para enfrentar las dificultades que surgían en el camino, como el viento frío proveniente del mar Argentino, que ralentizaba el avance.

En el trayecto, las anécdotas se fueron acumulando. Desde quedarse sin nafta a un kilómetro de una estación de servicio, hasta salvar un guanaco atrapado en los alambrados de los campos patagónicos, todo formó parte de esta aventura singular. La verdadera sorpresa fue la calidez de las personas que se cruzaron en el camino. En cada parada, los viajeros fueron recibidos con los brazos abiertos. "Lo mejor del viaje es la gente. Nos seguían por Instagram y cuando llegábamos, nos abrían las puertas de los talleres para reparar los autos", comentó Cenci, destacando la solidaridad que encontraron en su travesía.

A medida que avanzaban, la caravana de Fititos se convertía en un espectáculo para quienes los observaban, y en cada punto de la ruta, los amigos compartían risas, historias y un menú improvisado: Capeletinis con salsa, cocinados por Cenci en medio de la travesía.

El viaje hacia Ushuaia no solo fue un logro personal, sino también una muestra de la amistad que une a este grupo de aventureros. Desde la salida en Venado Tuerto hasta la llegada a la ciudad del fin del mundo, las emociones y recuerdos se acumularon en sus corazones. Pero, como todo gran viaje, la vuelta también promete ser especial. Mientras preparan su regreso, ya piensan en la próxima locura: un viaje al norte argentino.

Con el "Polaco" como el motor de estas aventuras, los seis amigos saben que el futuro les depara más kilómetros por recorrer. Y, quién sabe, tal vez la próxima vez, los Fititos los lleven hacia nuevos destinos, mientras la amistad y el amor por los viajes continúan siendo la verdadera fuerza que los impulsa.
 
 
 
 
 

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