El argentino que lidera la carrera por una vacuna contra el VIH: “Será una combinación de dosis lo que dará protección”

Lo dijo el científico César Boggiano, que es el nuevo director del programa de investigación de vacunas contra el VIH de los Estados Unidos. Cuántos productos tienen en estudio para esa infección y para la tuberculosis.

País05/10/202419640 Noticias19640 Noticias
Día Mundial de la lucha contra el Sida

“Soy un producto de la educación pública, desde el jardín de infantes hasta la universidad. También mis investigaciones para aprender cómo prevenir las infecciones por el virus de la inmunodeficiencia humana, el VIH, y la tuberculosis son el resultado del apoyo del Estado, tanto en la Argentina como en los Estados Unidos”, afirma el prestigioso científico y especialista en inmunología César Boggiano.

Desde agosto pasado, Boggiano es el director del programa de investigación de vacunas dentro de la División de SIDA de los Institutos Nacionales de Salud, que funciona en Bethesda, Maryland, Estados Unidos.

Desde ese rol, el doctor Boggiano —quien estudió Biología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, Argentina— supervisa una plantilla de más de 40 profesionales y una cartera de más de 364 millones de dólares que “se invierten en subsidios para hacer investigaciones preclínicas y clínicas, contratos y ensayos clínicos, así como la supervisión de la Red de Ensayos de Vacunas contra el VIH”, explica en una entrevista exclusiva con Infobae.

Su foco está en gestionar los fondos para que se desarrollen mejores y más accesibles herramientas para la prevención de la infección por VIH y para la tuberculosis.

Cómo impactan hoy el VIH y la tuberculosis
 
En todo el mundo, hay 39,9 millones de personas que viven con el VIH, pero casi una cuarta parte (9,3 millones) no reciben el tratamiento que les puede salvar la vida, según el último reporte de Onusida. Como consecuencia, una persona muere cada minuto por causas relacionadas con el sida.

Con respecto a la tuberculosis, 10,6 millones de personas en todo el mundo fueron afectadas por la bacteria que causa esa enfermedad en 2022. En el mismo año, 1,3 millones de personas fallecieron por tuberculosis (entre ellas, 167.000 personas con VIH, que tenían una co-infección).

Hoy la tuberculosis es la segunda enfermedad infecciosa más mortífera después de COVID-19 y por delante del VIH y el sida, según la Organización Mundial de la Salud.

Por qué es difícil tener una vacuna efectiva y segura contra el VIH

Durante el diálogo con Infobae, el científico Boggiano relató cuáles son los desafíos que existen para contar con una vacuna preventiva, tras más de 40 años de que se haya descrito el VIH.

“La historia de la investigación para el desarrollo de vacunas para el VIH abarca casi cuatro décadas. Se han usado diferentes enfoques”, comentó. “Empecé mi carrera como científico con la búsqueda de esas vacunas. Hoy tengo el honor y la responsabilidad de dirigir las inversiones para diseñar, producir y testear los candidatos vacunales no solo en los Estados Unidos, sino también en otros países”, añadió.

Inicialmente, los trabajos se centraron en la estrategia con anticuerpos con funciones no neutralizantes con la idea de que iban a poder impedir la entrada del virus en las células. Hubo diversos intentos, pero hasta ahora ninguna funcionó.

“Así es la vida de un científico. Vamos eliminando lo que no funciona y buscamos nuevas ideas constantemente para evaluar en el laboratorio, luego en animales y finalmente en ensayos clínicos en voluntarios humanos”, expresó.

“La mayoría de las vacunas previenen la enfermedad grave y no la infección. En cambio, con el VIH, esa ventana de oportunidad es mucho menor. Porque primero hay que prevenir que la persona se infecte con el VIH y que el virus establezca un reservorio. El patógeno entra en las células CD4, se integra en el núcleo y así se forma un reservorio del virus. Esas células con el virus son muy difíciles de eliminar”, contó.

Por eso —detalló— “se necesitan vacunas que actúen muy rápido y que eviten que el virus ingrese en las células de las personas”.

En enero de 2023, se anunció la discontinuación de la fase 3 del estudio MOSAICO, que evaluaba la eficacia y seguridad de un esquema preventivo de 2 vacunas contra el VIH en más de 50 centros de 8 países, incluyendo España, Argentina, México, Perú y Brasil.

Esa medida se decidió a partir de que un comité revisor independiente determinó que ese esquema no era efectivo para prevenir infecciones en comparación con el grupo placebo, aunque la vacuna experimental fue generalmente segura y bien tolerada.

Otra razón que hace que el desarrollo de las vacunas vaya más lento es que hay una gran variabilidad del VIH en cada persona. También tiene capacidad de mutación rápida. Son algunos de los factores que hacen que resulte muy complicado inducir al sistema inmune del organismo humano para que desarrolle una respuesta exitosa y sostenida.

Pero la carrera continúa y Boggiano sigue el minuto a minuto de los avances. “Hoy estamos evaluando 22 productos como parte del desarrollo de nuevas vacunas para la prevención del VIH. No se puede afirmar que cada uno sea una vacuna en sí mismo, sino que con base en el conocimiento actual, es probable que, en el futuro, contemos con una combinación de dosis de vacunas con estructuras diferentes que podría dar protección a las personas”, dijo.

Aclaró cuál es el objetivo: “Buscamos desarrollar una vacuna para VIH que sea efectiva, segura, y accesible. Si bien hoy el tratamiento se usa como prevención de manera efectiva, aún se necesita una vacuna que pueda brindar una protección más prolongada y aumentar la adherencia de la población”.

Qué son los anticuerpos neutralizantes de amplio espectro

La principal estrategia para desarrollar la vacuna es la inducción de “anticuerpos neutralizantes de amplio espectro”, contó. Se trata de un grupo de anticuerpos que pueden reconocer muchos tipos del VIH y bloquear su entrada a las células sanas. Estos anticuerpos también pueden activar otras células para ayudar a destruir las células infectadas por el VIH.

Los proyectos en marcha se basan en estudios que se hicieron con modelos animales y en dos ensayos aleatorizados sobre los anticuerpos neutralizantes para prevenir la adquisición del VIH, que fueron publicados en la revista New England Journal of Medicine.

“Sabemos que los anticuerpos neutralizantes de amplio espectro pueden prevenir la infección por VIH si las cepas de virus circulante son susceptibles —expresó—. Cuando esos anticuerpos son generados naturalmente, es decir, sin vacunación, en las personas con VIH, derivan de una población muy limitada de linfocitos B. Esos linfocitos después se expanden y adquieren mutaciones que les permite producir anticuerpos con los superpoderes de pegarse a muchas variantes de VIH y prevenir la infección”.

Al tener en cuenta esa particularidad de lo que pasa en un grupo de personas con VIH, los investigadores están trabajando en la forma de inducirlos a través de vacunación.

Recientemente, un grupo, que trabajó con subsidios de los Institutos Nacionales de Salud, la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Alexander von Humboldt, entre otras instituciones, hizo una publicación en la revista Nature Immnunology.

“Se van a necesitar varios pasos en la vacunación para expandir esos poquitos linfocitos y entrenarlos hasta llegar a ser los productores de anticuerpos superefectivos. Cada paso de vacunación, probablemente requiera de una vacuna que es un poco diferente a la anterior. No es la dosis lo que cambia, sino la estructura de la porción de VIH que le presentamos al sistema inmune para ayudarlo a producir esos superanticuerpos”, comentó.

“Cada uno de los 22 productos es diseñado para generar y expandir componentes del sistema inmune con potencial de prevenir la infección de VIH (como promover la producción de linfocitos B que producen anticuerpos) o eliminar células ya infectadas estimulando células T citotóxicas. Los productos podrían ser parte de un régimen de vacunación complejo, que requeriría varias inmunizaciones para dar protección. Lo que se llama un esquema heterólogo”, dijo.

Además, dentro de los productos en evaluación, hay candidatos vacunales con proteínas con adyuvantes e inmunógenos expresados que utilizan ARN mensajero, ADN y vectores virales. Esto significa que estudian un abanico de opciones.

En cuanto a la tuberculosis, desde hace más de 100 años existe la vacuna contra el bacilo que causa la enfermedad y se la conoce como BCG. Se aplica en bebés y niños.

El programa que dirige Boggiano —que se encuentra dentro del instituto que hasta el año pasado lideraba el médico y ex asesor médico de Estados Unidos Anthony Fauci— está subsidiando estudios clínicos de tres productos en Estados Unidos y otros países.

“Los productos que estamos evaluando para tuberculosis usan diferentes plataformas para estimular el sistema inmune. Uno usa proteínas con adyuvantes, otro vector viral y el último es un patógeno atenuado, una estrategia desarrollada en España”, precisó.

“También estamos subsidiando el diseño y desarrollo de otras vacunas con nuevos inmunógenos y adyuvantes —informó— que están siendo evaluados en modelos animales y aún no han llegado a ser probadas en estudios clínicos”.

La preocupación por la tuberculosis también está relacionada con las personas que viven con el VIH: tienen 16 veces más probabilidades de contraer el bacilo en comparación con las personas que no tienen el virus.

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