Estancia Viamonte lanzó una prueba piloto con burros protectores de ganado

Uno de los propietarios de estancia Viamonte detalló el proceso que los llevó a implementar burros para proteger el ganado ovino fundamentalmente, del ataque de los perros asilvestrados.

Tierra del Fuego 13/07/2023 19640 Noticias 19640 Noticias
Burro ovejas

Tomás Ayerza, uno de los propietarios de Estancia Viamonte, dialogó con Radio Universidad sobre toda una novedad para la zona, como lo constituye el arribo de burros a Tierra del Fuego para proteger el ganado ovino específicamente.

Aclaró que “no es la primera vez que hay burros en Tierra del Fuego porque la isla en sus comienzos se hizo a lomo de mula, así que para haber mulas tenía que haber burros y caballos. Después, por un tema de practicidad, se fueron dejando de lado los burros. En nuestro caso las majadas se vieron diezmadas, teníamos un piño muy grande y llegamos a tener 21 mil ovejas hace más de 15 años. Hoy contamos con 5.500 ovejas en total, y no podemos controlar para nada la depredación que hacen los perros asilvestrados, con las matanzas que hacen. Uno va probando distintas artes, desde el trampeo hasta la caza, y desde hace 6 años empezamos a traer perros protectores de ganado. La raza es de los Pirineos y los primeros que trajimos fueron de Chile, del lado de Puerto Natale. El perro no conoce alambres y, como tiene una gran afinidad con la oveja, donde ve una, va y se instala. Gracias a estos perros hoy todavía seguimos teniendo ganadería ovina en esta zona de la provincia”, aseguró.

“Hay que pensar que teníamos más de 500 mil ovejas hace 50 años y hoy tenemos menos de 300 mil en toda la provincia. Hay otra pérdida que no se cuantifica, que es la pérdida cultural. Son 100 años de familias enteras trabajando con ovejas, tenemos establecimientos preparados con sus galpones históricos, personal que ha trabajado únicamente con ovejas durante años, y todo este conocimiento se está perdiendo porque cada vez hay menos ovejeros. La calidad de la carne es única en el mundo y estamos perdiendo la batalla. Del Río Grande para el norte están las estancias más ovejeras, pero de Río Grande para el sur quedamos cuatro o cinco, protegiendo la línea de frontera para que no avancen los perros. Hay muchos ovejeros que han dejado la actividad para dedicarse a una nueva producción”, lamentó. 

“El perro asilvestrado en su origen fue doméstico pero ya hoy nacen y se crían en el monte, no tienen necesidad de estar cerca de la gente y vuelven a su estado natural. Ya se han generado jaurías completamente asilvestradas. Tratar de agarrar a un perro es muy difícil, primero porque nos ven antes de que nos demos cuenta de que están, y nos escuchan mucho antes. Tienen todas las mañas del perro, van por la oveja, después corren al guanaco y terminan yendo por el vacuno. En realidad lo que están haciendo es cazar y divertirse. Van por lo que más corre y lo que más fácil les resulta. Hemos visto perros asilvestrados que exclusivamente corren guanacos y no se interesan por ningún otro animal. Además provocan un daño tremendo, porque uno ve a los guanacos totalmente desangrados, mordidos, y da una pena enorme. Hay muchos guanacos y el único predador que tienen es el perro asilvestrado. Se ven muchos con mordeduras y muertos en el campo”, manifestó. 

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