El histórico bodegón del 1800 donde se comen las mejores empanadas de campo

Esta pulpería es la más antigua de Argentina. En su interior conserva cientos de historias y recuerdos de los gauchos que pasaron por allí.

PAÍS01/07/202319640 Noticias19640 Noticias
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Esta es una de las pulperías más tradicionales y famosas. Es tal la relevancia que tiene que hasta allí han llegado medios internacionales, para documentar cómo era la vida de los gauchos argentinos; también se grabó una película que narraba la vida de Don Segundo Sombra. Este bodegón tiene historias, pero también platos típicos para deleitar a turistas y locales.

Esta auténtica pulpería de 1830 es conocida como la Pulpería de Cacho Dicatarina. Allí, “el último pulpero”, Don Cacho Di Catarina, sirvió sus grapas en el mostrador, coreo zambas con cantores y jugó al truco con quienes llegaban hasta e lugar en busca de distracción.

La pulpería fue adquirida en 1910 por el abuelo de Cacho di Catarina, tanto Cacho como su madre nacieron en este rancho. En sus inicios este local se encontraba en el medio del campo, en la soledad de kilómetros y kilómetros, Sarmiento los llamó “Club de gauchos” y fueron el primer cobijo de aquellos hombres.

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Esta es la pulpería más antigua de la Argentina en funcionamiento continuo, la Pulpería o “lo de Cacho”, guarda no solo la tradición de un pueblo, sino que es sinónimo de una exquisita comida campera. Un plato icónico son las auténticas empanadas de Cacho, junto con una clásica picada pulpera con el mejor salame quintero, queso de campo y bondiola. 

El bodegón aún conserva casi intacta su fachada, en el frente luce una bandera de argentina que flamea sin cesar y un palenque donde, hasta la actualidad, muchos dejan atados sus caballos para compartir en la pulpería alguna bebida refrescante y picar algo.

La pulpería se ubica a orillas del río Luján, en las afueras de la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires, y la Av. 29. Este rústico rancho de ladrillos vistos y un poco de cal destaca en una de las esquinas con más historias, son cuatro generaciones las que han llevado adelante este museo popular, que también ha logrado modernizarse para ajustarse a la vida ajetreada de la modernidad. Durante la pandemia, tuvieron que cerrar y sumarse a una app de delivery para continuar cerca de sus clientes.

Uno al ingresar siente que ha viajado en el tiempo, su interior tiene techo de tirantería de madera y piso de baldozones, el largo mostrador se despliega frente a unas pocas mesas y detrás de el mueble con estantes que sostiene a decenas de artículos, muchos de ellos duermen allí desde hace décadas o quizás más de un siglo.

 Aquellos que quieran visitar este bodegón, la Pulpería de Cacho di Catarina, pueden hacerlo todos los viernes, sábados y domingos, también los días feriados. 

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