Los cauquenes”: una propuesta de educación alternativa en río grande

La educación  experimental  surgió a finales de los `50 en La Plata, con el objetivo de  llevar adelante una enseñanza diferente a la tradicional. En las escuelas experimentales no hay personal de limpieza, ni administrativos, ni jerarquías entre los docentes. Así como tampoco hay pupitres, aulas, ni notas. En la actualidad, existen más de 30 escuelas experimentales en Argentina. Si bien la propuesta llegó a Tierra del Fuego en los’90, recién en 2005  empezó a funcionar la oferta alternativa con Los Cauquenes en  Río Grande.   RÍO GRANDE- (Por Antonela Obando*) El modelo educativo experimental nació a finales de los ‘50 en City Bell, partido de La Plata, mediante la iniciativa de tres artistas de diversas disciplinas: Nelly Pearson, Marta Burnichon y DorothyLing. Las fundadoras crearon esta propuesta pedagógica  por medio de un  cuestionamiento a sus propias formaciones académicas. En Argentina, existen más de 30 escuelas experimentales. Esta alternativa llegó a Tierra del Fuego recién a comienzo de los años ’90, luego de que un grupo de padres ushuaienses impulsaran la integración de la escuela experimental en su ciudad.  En Río Grande esta propuesta educativa la empezó a brindar en 2005 Los Cauquenes, sito en Garibaldi Honte al 2700, del barrio Chacra IV. Según explicó Cecilia Rodríguez, docente de Los Cauquenes, desde el comienzo, la escuela experimental se fundó en nuestra ciudad a través de un convenio tripartito entre la empresa TOTAL que donó el edificio, el Instituto de Educación Experimental de La Plata, que brindó la propuesta pedagógica, y el gobierno provincial que garantizó que el colegio sea estatal. La docente agregó: “es la única escuela que se fundó así, el resto de las que hay en el país siempre surgieron a través de un grupo de padres que conocía la propuesta. Esta nació al revés; teníamos un edificio buenísimo, teníamos los maestros y no teníamos los chicos”. Así fue que los docentes fueron casa por casa para convocar a una reunión de padres y comentar la propuesta.   Sin aulas, ni jerarquías   Existen diversas cuestiones que diferencia a Los Cahuquenes de cualquier escuela tradicional. Por un lado, no están divididos en grados, sino que en grupos e internamente no se gradúan. “Los chicos están todos juntos en un montón de momentos. Trabajan por grupos que en principio son por edad, pero después cuando ellos entran a la escuela y van avanzando, nosotros vamos viendo las necesidades de cada uno y los vamos ubicando” expresó Cecilia Rodríguez. Los grupos son de 15 estudiantes, lo que le permite a los docentes evaluar el proceso de aprendizaje de cada uno de forma personalizada. De hecho, hay niños que aprenden a leer a los tres años y otros que les lleva más tiempo.  Rodríguez añadió: “Unos pueden estar en un grupo superior y otros pueden estar en un grupo inferior. Eso no quiere decir que haya una repetición porque los chicos no saben o son burros, sino que lo que nosotros sentimos es que ese chico necesita más tiempo para resolver ciertas cosas.” Por otro lado, la docente de Los Cauquenes añadió: “hay una cuestión física del edificio, y es que no tenemos aulas. Trabajamos en un gran salón  todos juntos, no tenemos cosas compartimentadas. No hay un maestro para un grupo, sino que hay varios maestros con materias que rotan en un programa o con un horario semanal, entonces los nenes tienen varios maestros, desde el grupo uno que son los nenes de tres años, el grupo cuatro serían los chicos de primer grado y el grupo  nueve serían los chicos de sexto año.” Por otra parte, en Los Cauquenes no hay personal de limpieza ni administrativo. “Hay uno que funciona como director casi para el afuera, pero las decisiones en realidad están tomadas entre todos.Todos tienen voz y voto, trabajamos en forma horizontal” manifestó Cecilia Rodríguez.  Así es que se no sólo los docentes se turnan para realizar las diversas tareas, como de portería, sino que los niños colaboran en la cocinar y limpiar. “Eso hace que también haya una relación diferente con el espacio donde nosotros estamos. Es el lugar que nosotros tenemos que cuidar porque no viene nadie atrás a resolver lo que nosotros dejamos sin hacer o lo que ensuciamos o lo que fuera” indicó la docente.   Énfasis en el proceso   La forma de evaluar de los docentes es diaria, y al final de la clase se reúnen para comentar la evolución de aprendizaje de cada niño. Además, la instancia evaluativa del sistema de educación experimental se basa en los procesos, y no en los resultados: “no tenemos ningún tipo de boletín, ni notas, ni abanderados, ni mejores, ni peores. El niño no es que está trabajando para una nota o para cumplir con determinada cosa, sino lo que hace es la tarea, que el maestro como lo conoce muy bien sabe que puede hacer. Le demanda un poquito de esfuerzo, pero con sus herramientas, él lo puede resolver y no es que hay que llegar a ningún lado”  expresó Rodríguez. Por su parte, Soledad, madre de una niña que estudia en Los Cauquenes afirmó: “he notado con mi hija que la escuela  respeta los tiempos de cada chico. Por lo general en primer grado los chicos sí o sí tienen que aprender a leer, y mi hija este avance lo demostró en lo que sería segundo grado. Ella ya está en tercero, y hoy interpreta y entiende lo que lee. Y nunca se la presionó, nunca se la apuró, tampoco se la retó por no aprender a leer”. La madre de la niña añadió que en ese sentido comprobó que se respetan los tiempos de aprendizaje del niño En otro orden de cosas, Cecilia Rodríguez sostiene que en la escuela se trabaja desde el error, es decir que indagan en porqué se equivocó el niño, si por distracción o porque  el docente no se percató de que el estudiante todavía no está preparado para determinada actividad. “Entonces todos los trabajos van a ir y venir todas las veces que sean necesarias hasta que estén bien” agregó  la docente. En este sentido, Soledad comenta: “mi hija no viene a casa frustrada, ni angustiada porque no puedo cumplir con una tarea, sino que viene a casa y dice que le explicaron otra vez y se va a hacer la tarea”.

Aprender haciendo   En lo que respecta a los contenidos, las escuelas experimentales no tienen asignaturas que sean más relevantes que otras. Desde el nivel inicial, es decir a partir de los tres años de edad, los niños tienen diversas materias como: lengua, matemática, historia, ciencias, cuaderno de poesías, escritura rítmica. “La pintura, la música y las poesías acompañan a todas las materias” afirmó Cecilia Rodríguez. Por su parte, Sebastián Erazu, egresado de la promoción 2007 de Los Cauquenes, expresó que el hecho de que los docentes estén sentados en ronda con los estudiantes da cuenta la ruptura de la asimetría existente en escuela tradicional entre la relación de un profesor y un alumno. Sebastián añadió: “yo me acuerdo que ahí fueron mis primeros pasos en la música, con la flauta o la guitarra. Que te impulsen los profesores a que vos te puedas desarrollar es muy bueno. Si bien no te condicionan, te agarran la mano y te ayuda a caminar”. Por otro lado, en la escuela hay una materia denominada “escritura rítmica”, que consiste en que el estudiante haga la letra que le cuesta al ritmo de la música, que pone el docente o que canta: “es un trabajo cognoscitivo donde vos estás aprendiendo con música. No es mirar una imagen y repetirla, sino vos trabajar con ella” enfatizó Erazu. En cuanto a su adaptación al modelo educación tradicional, el egresado de Los Cauquenes indicó: “es fuerte, son dos sistemas totalmente diferentes. A mí los contenidos me sirvieron muchísimo para salir adelante porque en la secundaria empecé a ver temas que en Los Cauquenes ya había visto”. Sebastián Erazu actualmente cursa el tercer año de la licenciatura de Sociología en la UNTDF. En este sentido, reflexionó sobre su paso  por la escuela experimental: “Creo que hasta el día de hoy, mi manera de comprender el mundo está mediada por esa institución. Aunque no lo creamos las instituciones marcan esos quiebres en las historias de vida  de un antes y un después. Y este tipo de instituciones son la que te hacen repensar. Creo que por eso estoy estudiando sociología, para poder generar una sociedad mejor mediante las relaciones con los otros”.   * Informe realizado por estudiantes de 3° año de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social del CENT N° 35, en el marco de la materia Prácticas Profesionalizantes II.