El doctor Pablo Urga se apresta a cumplir su sueño de servir en una base antártica

El médico clínico e integrante de los Bomberos Voluntarios de Chivilcoy, Dr. Pablo Urga, es parte de un contingente de 20 argentinos que trabajarán en la Base Antártica Orcadas del Sur. El 19 de enero se irá a la Antártida.

La Base Orcadas del Sur es una estación científica argentina ubicada en la Isla Laurie, perteneciente a las islas Orcadas del Sur. Es la más antigua de las bases antárticas todavía en funcionamiento y opera todo el año a través de la Armada Argentina y se encuentra a 1.501 Kms. al sudeste de la ciudad de Ushuaia. El Comando Naval Antártico es el organismo del cual depende actualmente la Base, donde la temperatura mínima alcanza a los 44 grados bajo 0 y se realizan investigaciones sobre glaciología continental y marina, geomagnetismo, flora, fauna, sismología y observaciones meteorológicas.

Un deseo personal

En una entrevista para el programa Buenos Días de Radio Chivilcoy, el doctor Urga indicó que la Antártida Argentina dispone de 13 bases de las cuales seis son permanentes y siete son transitorias, que solamente funcionan en verano. De las bases permanentes hay dos que tienen una característica que son inaccesibles y hay sólo dos accesibles, una es la General Belgrano dos y la otra es Orcadas del Sur que será su destino. Actualmente están a cargo del Comando Conjunto Antártico.

Respecto a cómo surgió la idea de ser parte de este equipo, indicó: “Es un deseo personal que perseguí durante mucho tiempo, sabía que era difícil que un civil pueda ir a la Antártida. Durante mucho tiempo escribí a diferentes lugares, enviando mi currículum. En el año 2023 me tomaron una entrevista califiqué, pero la campaña 24 estaba cerrada, así que quede para la 2025”, dijo y añadió que en las entrevistas se ven cuestiones teóricas, físicas, psicológicas, debido al año de confinamiento. “Somos 21 personas en la base, ahí tenés seis meses sin luz y casi siempre es con temperaturas de menos 36, el registro mayor de sensación térmica llega más o menos a 50 grados bajo cero”.

“Hay que hacer muchas actividades de mantenimiento fuera de la base, seré el único médico de la base y tengo una tarea de prevención de lesiones además de atención psicológica, kinesiológica, médica quirúrgica, traumatológica estoy a cargo de un sillón de Odontología y tengo la suerte de tener muchos amigos en las distintas áreas médicas. Hay un horario laboral, trabajamos de 8 a 12 paramos para el desayuno, para almorzar y después de 14 a 16. Hay que controlar todo”.

Y sobre su tarea como bombero, indicó que en la Antártida hay riesgo de incendios debido a la estática. “En ese lugar el tipo de construcción es modular para evitar que se prenda fuego toda la base. Se usan generadores, de combustible, por eso el riesgo de incendio”.

“Hay alimentos frescos, congelados y secos. Además el 80% del gasto de las campañas antárticas se lo lleva el combustible. Nos movemos con esquíes, orugas, motos de nieve y esquís de travesía. Todos los días hay mucho viento, cuando hay 60, 50, 40 kilómetros de viento es un día primaveral, hay vientos de más de 200 km., la base está cubierta de nieve.

Soberanía

Urga enfatizó que, actualmente, el territorio donde está la base, la isla Laurie, fue comprada en su momento en el gobierno de Julio Argentino Roca, pero es reclamada por Inglaterra, así como por Chile y Uruguay.  “Es una superficie de aproximadamente 500 metros por 500, rodeada de glaciares. Tiene dos refugios que tenemos que visitarlos y mantenerlos, cualquier problema que haya tenemos que darle atención a quien vaya a esos refugios, sea del país que sea”.

La partida del médico de Chivilcoy será el 19 de enero con casi dos meses de navegación en el rompehielos. “De las 21 personas soy el único civil. De todas maneras haré un servicio militar, una vez que termino con mis tareas médicas tengo que ir a colaborar con mi base y así es el trabajo en la Antártida, pero no hay armas, es un territorio de paz por  el Tratado Antártico”.

Resaltó que una de las tareas más interesantes que le tocará en su aventura es la de los patrullajes. “Hay que hacer relevamiento de fauna, cuánto se pueden alejar de la base depende de la seguridad. Se determina por donde se puede circular porque hay grietas que se forman en los glaciares, hay kilómetros y kilómetros para caminar por arriba del mar de Weddell cientos de kilómetros de mar congelados”.

El encierro

Respecto al confinamiento que deberá sobrellevar en la base antártica, indicó: “Es la más austral, la más extrema, está en un peñón y rodeada de glaciares y con grieta, pero no se está completamente en confinamiento, se puede salir a determinados lugares. Hay un gimnasio, un casino, está el comedor y las habitaciones. Hay guardia para ver que no se congelen, que los generadores no se paren Tuvimos algunas bajas en nuestro grupo porque en el transcurso de la preparación, algunos tuvieron cambios psicológicos antes de salir.

“Estamos a 1500 km de Ushuaia y 860 de la Base Marambio, no hay pista de aterrizaje para un Hércules y los aviones chicos no tienen la autonomía necesaria para ir y el rompehielos puede llegar ahora hasta marzo. Ante una emergencia es muy complicada la evacuación, por episodios anteriores, pacientes críticos que necesitaban derivación se puede demorar un par de meses porque depende mucho del clima, así que todo tiene que estar preparado muy bien, de todas maneras estoy muy entusiasmado con una ilusión enorme, imagínense que dejé mi actividad profesional, di de baja mi consultorio, a mi matrícula por ahora, dejo muchos afectos, mi familia, mi pareja todos entienden que quiero ir”.

“Hay situaciones de mucha tensión, a  gente que estando allá se le mueren familiares y no hay ninguna posibilidad de volver.  Soy civil pero en una misión militar, no puedo dejar de lado mi responsabilidad porque se pone en riesgo toda la base. Uno no puede desobedecer, no hay nada librado al azar.  Me siento extremadamente afortunado de poder hacerlo”, concluyó el Dr. Pablo Urga.