Según informó La Opinión Austral, Natasha había pedido permiso para quedarse a dormir en la casa de su amiga el sábado por la noche, pero las alarmas se encendieron cuando su madre la llamó para ver cómo se encontraba y no tuvo respuesta.

Ante esa situación, la mujer fue directamente a buscarla, pero la madre de Rocío le informó que las adolescentes habían salido y no tenía noticias de ellas.

A partir de allí, se inició la búsqueda. El GPS del teléfono celular de Natasha reveló una dirección en el barrio San Benito, donde al llegar les informaron a sus progenitores que las chicas habían estado allí, pero luego se habían retirado en un taxi.

Más tarde, una vez que lograron ubicar al chofer que las había recogido, el mismo les brindó la dirección a la que las había conducido en plena madrugada, aunque las jóvenes seguían sin aparecer.

El panorama, preocupante, hizo que alrededor de las 8 del domingo se realizara la denuncia en la Seccional Segunda de la capital provincial por la desaparición de Natasha y Rocío, quienes durante la madrugada del lunes seguían siendo buscadas intensamente, mientras sus teléfonos permanecían apagados.

La fuerza de seguridad emplea sus mayores esfuerzos durante estas primeras horas de búsqueda, las más importantes para lograr dar con los paraderos de las adolescentes.

Al momento de su desaparición, Natasha llevaba puesta una calza de color negra, campera negra con rojo y zapatillas de color bordó sin marca. Tiene tez blanca, pelo castaño, contextura física robusta, una estatura aproximada de 1,52 metros y ojos claros color verde.

Rocío, por su parte, es de tez blanca, con cabello rubio, de 1,5 metros y ojos claros color verde, aunque sus padres no recordaban qué ropa llevaba puesta en la noche del sábado.