Pedido solidario en el comedor Maná

La crisis económica y sanitaria causada por la pandemia del Covid-19 afectó significativamente a la economía causando la pérdida de millones de puestos de trabajo, teniendo como consecuencia la caída en los ingresos de los hogares. Desde el comedor “Maná” del Barrio Margen Sur saben muy bien sobre esta situación por ello Eva Ávila nos cuenta sobre el compromiso que es llevar a cabo las tareas de este espacio, nos habla de los proyectos a futuro y además, nos hace ver el contexto en el que estamos como sociedad y pide la colaboración del pueblo para poder conseguir las herramientas de trabajo que les falta.

Desde el comedor “MANÁ” ubicado en Wonska 664 del barrio Margen Sur asisten a 40 familias brindándoles viandas de almuerzo y merienda los días miércoles y sábados, pero actualmente se encuentran como asociación atravesando una situación difícil ya que el espacio es alquilado y el horno no les funciona, teniendo que buscar otros medios para cocinar, además no cuentan con utensilios propios ni una heladera donde mantener los alimentos.

Eva Ávila, referente del comedor Maná, nos comenta que el  5 de junio cumplirán un año llevando adelante el espacio solidario que también cuenta con un ropero comunitario, donde reciben donaciones y atienden a la comunidad por turno programado debido al protocolo de COVID-19 jueves y viernes.

Eva nos transmite un compañerismo como base de esta iniciativa y la confianza que tienen entre los cinco colaboradores del comedor  “cuando arrancamos eran 15 familias y ahora son  40, este fin de semana tuvimos que dejar afuera a tres familias ya que no llegábamos con los insumos, pero esperamos poder asistirlos el fin de semana siguiente”, asimismo agrega que no cuentan con movilidad propia, por lo que “Muchas familias quieren que les llevemos porque tampoco pueden venir y así se nos complica”.

Eva nos cuenta que además del trabajo de viandas y de ropero, realizan talleres de música, donde enseñan guitarra y teclado a 12 alumnos de diferentes edades y como ella está haciendo el profesorado de música sus compañeros se ofrecieron para dar las clases.

En el pequeño SUM se llevan a cabo reuniones evangélicas, pero ella aclara que “no pertenecemos a ningún partido político ni ninguna religión, estamos abiertos a todos. Compartimos los gastos del alquiler del salón, somos todos de diferentes iglesias, pero no de una comunidad específica”

Esta semana, algunas familias se habían quedado sin gas, entonces desde el comedor ofrecieron prestarles los caloventores que tenían para que las personas no pasen frio, “Siempre estamos de alguna forma ayudando, hasta lo que podemos, porque somos gente laburante y no nos sobra”.

Uno de sus proyectos a futuro es dictar talleres de panadería para las personas que quieren colaborar y generar una salida laboral más y tener otra herramienta de trabajo. Además, quieren ayudar a las personas que tienen problemas de adicciones, hacer talleres  y trabajar fuerte con eso, ya que es una de las problemáticas que están escuchando de las personas que van al comedor “hay mamás que tienen a sus hijos adolescentes jóvenes y a veces en el matrimonio mismo que está perdido y necesita ayuda” actualmente se encuentran estudiando y realizando capacitaciones para llevarlos adelante lo antes posible.

Desde el comedor buscan la colaboración de la población, siendo conscientes que en esta pandemia las circunstancias no son favorables, pero necesitan conseguir utensilios para realizar sus tareas, una cocina y una heladera para mantener los alimentos, además no cuentan con muchas ollas, por lo que al momento de cocinar se les complica con las cantidades, teniendo que pedir prestado.  “Estamos todos los días, las 24 horas para recepcionar los donativos” y pueden comunicarse al 2964-558732 con Eva para hacer consultas.