Cuando un estallido no es alegría: pirotecnia, autismo y cómo pequeños cambios pueden marcar la diferencia

La pirotecnia durante Navidad y Año Nuevo genera altos niveles de estrés y ansiedad en personas con autismo; especialistas recomiendan estrategias de prevención y espacios de refugio.

PAÍS24/12/202519640 Noticias19640 Noticias
Autismo pirotecnia

Durante las celebraciones de Navidad y de Año Nuevo, la pirotecnia en zonas urbanas y residenciales está generando un impacto significativo en personas con autismo y trastornos del procesamiento sensorial, quienes no perciben los sonidos de manera habitual. Según la Fundación ConecTEA, los ruidos de cohetes, petardos y fuegos artificiales, que en ocasiones superan los 120 decibeles, provocan estrés, ansiedad y sobrecarga sensorial, afectando su bienestar y seguridad. La alerta se centra en la necesidad de tomar medidas preventivas en los hogares y entornos cercanos para proteger a este colectivo vulnerable.

Las personas con autismo no perciben los estímulos auditivos de manera habitual y pueden reaccionar de forma muy significativa ante ruidos fuertes. “Muchas personas con autismo tienen una reacción muy significativa frente a ruidos de alto impacto, como es el caso de los cohetes, petardos y fuegos pirotécnicos”, señalan desde la Fundación ConecTEA.

Estos ruidos, que pueden superar los 120 dB y alcanzar los 140 dB en ráfagas puntuales, concentran su energía en bandas de 125, 250 y 500 Hz. La hiperacusia, frecuente en personas con TEA, provoca respuestas negativas o exageradas a los estímulos auditivos. “Las personas con hiperacusia tienen una mayor sensibilidad a la entrada auditiva y durante los estudios realizados comentan el haber experimentado información auditiva a niveles insoportablemente altos”, explican los especialistas.

Los problemas sensoriales dificultan que las personas con TEA filtren los sonidos del ambiente, generando sobrecarga sensorial. Hasta un 90% de quienes tienen TEA muestran respuestas inusuales a los estímulos sensoriales.

Para reducir los efectos negativos de la pirotecnia, la Fundación ConecTEA recomienda anticipar los ruidos con apoyos visuales, usar cascos protectores, alejarse de la fuente sonora y notificar a las autoridades locales sobre el riesgo. “Es importante reducir la exposición de la persona con TEA al ruido y si es posible, generar espacios o refugios frente al ruido, aumentando el aislamiento acústico de materiales de la vivienda o colocando elementos absorbedores de sonido”, aconsejan.

Además, se sugieren ambientes con ruidos blancos y la reducción de la duración de los eventos, junto con la promoción de pirotecnia más silenciosa. “Una buena práctica es concienciar al resto de la población para evitar malas prácticas, así como usar pirotecnia más silenciosa”, concluyen los especialistas.

El proyecto SonusTEA busca difundir información sobre el procesamiento de sonidos y generar conciencia sobre cómo proteger a personas con autismo durante fechas de alta actividad pirotécnica.

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