Por primera vez, científicos argentinos explorarán dos cañones submarinos en la Patagonia

Zarparán desde Buenos Aires en el buque del Instituto Schmidt Ocean para investigar los cañones Bahía Blanca y Almirante Brown frente a las costas de Río Negro y Chubut.

PAÍS30/09/202519640 Noticias19640 Noticias
exploración cientificos argentinos

Por primera vez, un equipo científico argentino se embarcará en una misión para descifrar cómo los cañones submarinos del litoral patagónico modifican la llegada de aguas frías y nutrientes que alimentan uno de los ecosistemas más productivos del Atlántico Sur.

La expedición se hará a bordo del barco Falkor (too), del Instituto Schmidt Ocean de los Estados Unidos y pondrá rumbo a dos zonas estratégicas frente a las costas de la Argentina: los cañones Bahía Blanca y Almirante Brown.

Esos enormes sistemas de cañones, ubicados cerca de las provincias de Río Negro y Chubut, serán el centro de una investigación que se propone explicar cómo la Corriente de Malvinas transporta agua fría y llena de nutrientes desde la Antártida hacia la plataforma continental.

Esa corriente contribuye al desarrollo de la vida marina y la pesca, y se harán transmisiones en vivo por YouTube para que el público vea cómo el equipo científico desarrolla la expedición.

Entre julio y septiembre pasado, el mismo barco fue usado para llevar a cabo una misión en el Cañón Mar del Plata, en el Mar Argentino, y otra cerca de las costas de Uruguay.

Con otro equipo de investigadores, la nueva expedición en el barco Falkor (too) en Patagonia podrá recoger, con tecnología avanzada, observaciones de los fenómenos detectados a través de un estudio que se publicó en la revista Journal of Geophysical Research: Oceans. También se basan en estudios anteriores realizados por diferentes investigadores, como el científico Alberto Piola.

Qué es la Corriente de Malvinas

La Corriente de Malvinas es una corriente oceánica fría que circula desde el sur hacia el norte a lo largo de la costa argentina, en el Atlántico suroeste.

Nace cerca de las Islas Malvinas y transporta grandes volúmenes de agua fría y rica en nutrientes hacia el norte.

Científicos de la Argentina, México y Estados Unidos habían descubierto que la Corriente de Malvinas no es uniforme, sino que está formada por varios “jets” o núcleos de corrientes paralelos.

Estos jets pueden acercarse o alejarse entre sí según los movimientos de las olas y la forma del fondo del mar, pero no se unen en una sola corriente.

En el estudio publicado en Journal of Geophysical Research: Oceans, destacaron que la dinámica de la corriente varía constantemente y esto influye en la productividad del océano en la región.

Cuál es el objetivo de la campaña en la Patagonia

El objetivo general de la nueva campaña es comprender por qué estas regiones son tan ricas en biodiversidad y cómo se relacionan con cambios en el clima y en los recursos del mar.

El equipo usará una variedad de instrumentos que permiten analizar el fondo del océano, el movimiento del agua y la vida microscópica.

La misión está dirigida por la oceanógrafa Silvia Romero, investigadora del Servicio de Hidrografía Naval (SHN) y docente en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de la Defensa Nacional. También forma parte del Instituto Franco-Argentino de Estudios sobre el Clima y sus Impactos (IFAECI).

En diálogo con Infobae, la doctora Romero explicó se centrarán en estudiar a los sistemas de cañones submarinos Bahía Blanca y Almirante Brown.

La jefa del grupo estará acompañada por Laura Ruiz Etcheverry, del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) que depende del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, Graziella Bozzano, geóloga marina del SHN, y Ornella Silvestri, oceanógrafa del SHN y el Conicet.

Participan además 14 investigadores de la UBA y técnicos de otras instituciones públicas como INIDEP y el Instituto Argentino de Oceanografía.

El experimento durará un mes y se intentará comprender cómo la Corriente de Malvinas fertiliza la plataforma y sostiene una de las áreas pesqueras más productivas del mundo.

La corriente, llamada también “rama fría” de la Circulación Meridional Atlántica, es responsable de traer grandes volúmenes de agua subantártica con nutrientes y baja clorofila.

“Hace que la plataforma continental sea más rica y apta para la vida marina que cualquier otra región similar”, acotó Romero.

Uno de los puntos clave que distingue a estos dos cañones respecto de otros, como el que existe frente a la ciudad de Mar del Plata, es que tienen contacto directo con la plataforma continental. La hipótesis de los investigadores es que tienen un impacto clave al facilitar el intercambio de aguas.

Los trabajos incluyen la colocación de tres instrumentos principales en el fondo del mar durante 25 días, con sensores en distintos niveles para medir los movimientos de la Corriente de Malvinas.

Esos sensores permitirán saber con exactitud cómo el agua fría y densa logra ingresar a la plataforma desde las profundidades.

También se soltarán boyas equipadas con GPS que navegarán a la deriva para seguir el rumbo de las masas de agua superficiales.

Los investigadores también trabajarán con sofisticadas técnicas de recolección de muestras. Usarán la llamada “rosseta con botellas Niskin”: un sistema que toma agua a diferentes profundidades y así mide temperatura, salinidad, oxígeno y fluorescencia.

Así sabrán, por ejemplo, si el agua que sube por los cañones es más rica en nutrientes, un dato necesario para conocer si llega a alimentar mejor la vida marina de la zona.

Otra parte de la campaña será el estudio del "mesozooplancton", pequeños animales flotantes que miden entre 200 y 400 micras (menos de medio milímetro).

Usarán al zooplancton como indicador de masas de agua. Si hallan especies típicas del sur en zonas cercanas a Bahía Blanca, podrían confirmarse las hipótesis sobre el ingreso del agua antártica.

Además, la expedición hará cinco inmersiones con el robot sumergible ROV SuBastian, limitado a una profundidad de mil metros, para recoger sedimento del fondo.

Los organizadores subrayaron también la llegada de tecnología avanzada para esta campaña. Contarán con 46 boyas, muchas más que las 20 previstas al inicio, y un minisubmarino autónomo.

Esto permite cruzar información ambiental y aprender cómo influyen los vientos y las mareas en la plataforma y el talud.

La expedición contará también con el apoyo de la Fundación Williams, la NASA y equipos científicos de Argentina, Italia y Francia.

Deleite

Te puede interesar

Martínez Sosa Banner

Florencia Vargas banner

Lo más visto

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email

Banner Cooperativa Electrica