Fundación por el Mar: “La salmonicultura no va a proveer los empleos ni la infraestructura que necesitamos”

Ángeles de la Peña, de Fundación Por el Mar, se refirió a la salmonicultura, sus impactos y las alternativas sustentables que podrían aplicarse en Tierra del Fuego como parte de una estrategia solidaria, ambiental y de desarrollo local.

USHUAIA03/06/202519640 Noticias19640 Noticias
salmoneras

En una entrevista con FM Master’s, Ángeles de la Peña, coordinadora de proyectos de Fundación Por el Mar, analizó el estado del debate sobre la salmonicultura en Tierra del Fuego. Abordó los impactos ambientales, económicos y sociales de esta industria, las limitaciones de la Ley 1355, y destacó las posibilidades que ofrece la acuicultura en tierra a través del sistema RAS. También hizo énfasis en el consenso social existente para rechazar la instalación de salmoneras en el mar y la necesidad de discutir un modelo de desarrollo provincial con perspectiva ambiental y productiva.

En primer lugar, De la Peña recordó que la ley provincial 1355 prohíbe la salmonicultura en el mar, pero la permite en tierra con ciertas restricciones "es verdad que tiene un tope bajo como para pensar en algún tipo de desarrollo industrial, pero estamos todos de acuerdo en que en las aguas no se debería permitir la salmonicultura, ni en el Canal Beagle, ni en la Costa Atlántica, ni en Península Mitre”.

En este sentido, consideró que la discusión de fondo “no es producción versus ambientalismo, sino el tipo de modelo de desarrollo que queremos como provincia. La salmonicultura no va a resolver la falta de empleo ni la infraestructura para ampliar la matriz productiva. Hay que dar esa discusión, pero con seriedad”, sostuvo.

Por otra parte, se refirió a los estudios previos que muestran un escaso impacto en términos laborales "hace unos años, en la UNTDF, se estimó que se podrían generar entre 70 y 120 puestos, de los cuales la mitad serían mano de obra calificada". Según De la Peña, además del impacto ambiental, la salmonicultura tiene consecuencias sociales, culturales e identitarias "si traemos esos problemas, los vamos a padecer todos: el turismo, la pesca, el desarrollo provincial”.

Además, enfatizó que el sistema de recirculación en tierra (RAS) es una alternativa más viable "sabemos que requiere energía y aún hay cosas que resolver, pero es mejor partir de esa base antes que de una industria que ya sabemos que es nociva. Hay especies autóctonas con las que podríamos trabajar, hay sistemas multitróficos, hay mucho por hacer si ampliamos el foco más allá del salmón”. En esa línea, sugirió que una modificación razonable sería aumentar el tope permitido por la ley, “pero siempre hablando de acuicultura, no de salmoneras en el mar”.

Por último, subrayó que el rechazo a la salmonicultura marítima es un consenso logrado entre fundaciones, investigadores, legisladores y gran parte de la comunidad "este tema no es sólo nuestro, se está discutiendo en todo el mundo donde también están sufriendo las consecuencias. Se están cerrando ríos, desaparecen especies autóctonas. Acá tenemos una oportunidad para mantener ese consenso y avanzar hacia una matriz productiva más rica y sostenible. Estamos siempre dispuestos a colaborar con información, con diálogo y con propuestas reales”, cerró.

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