Aeropuertos de la Patagonia ponen en marcha el Operativo Nieve

De cara a la temporada de invierno y en medio de la ola polar, Aeropuertos Argentina puso en marcha el Operativo Nieve, un dispositivo que el principal operador de terminales aéreas del país realiza todos los años entre mayo y septiembre.

Se trata de un esquema que se lleva a cabo desde 1998 y que tiene como fin mitigar las condiciones climáticas, removiendo la nieve y el hielo en las pistas de aterrizaje aéreas. Este mecanismo se utiliza en los aeropuertos de Bariloche, Comodoro Rivadavia, Esquel, Malargüe, Mendoza, Río Gallegos, Río Grande y San Rafael y el objetivo es estar preparados de la mejor manera para recibir las nevadas invernales.

En primer lugar, el proceso consiste en intervenir la pista, las calles de rodaje, las plataformas, los accesos de los servicios de emergencia, los accesos a los aeropuertos y los estacionamientos, aplicando químicos anticongelantes, como la urea sólida y el glicol líquido. Para eso se utilizan equipamientos especializados, como equipos de arrastre, quitanieves, palas, barredoras, rociadores de glicol y esparcidores de urea.

Cabe destacar que son necesarias enormes cantidades de estos químicos para llevar a cabo el operativo. Por ejemplo, este año el Aeropuerto Internacional de Bariloche prevé la utilización de 60.000 kilos de urea y de 110.000 litros de glicol, teniendo en cuenta que en la actualidad se están realizando 20 operaciones diarias y para la temporada de invierno, en julio, se proyecta que serán unas 80.

La función de estos químicos puede ser tanto correctiva, para romper o derretir la formación de hielo o nieve, o bien preventiva con efecto anticongelante. El glicol es más costoso ya que descongela hasta 50 grados con cero.

También se interviene con maquinarias pesadas para barrido y retiro de nieve acumulada.

 “Se realiza un seguimiento del pronóstico meteorológico, como también las condiciones del momento (temperatura, humedad, precipitación, viento) para estar preparados para dar inicio al operativo. Para ello también se mantiene una comunicación fluida con las entidades locales, como el Servicio Meteorológico Nacional, ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) que fiscaliza las tareas y EANA (Empresa Argentina Nacional de Aviación), que autoriza el movimiento de los equipos para que operen de manera segura en la pista”, señalan desde Aeropuertos Argentina.

El Operativo Nieve requiere un trabajo de 24 horas y según detallan los operarios del aeropuerto de Bariloche, es importante la velocidad, eficiencia y mantenimiento porque la intervención de la pista se realiza 3 minutos antes de que el avión aterrice. La comunicación con las aeronaves en este punto es fundamental. Aseguran que en la primera nevada de este año, los vehículos tuvieron un promedio de 17 horas funcionando sin parar.

Para las vacaciones de invierno estas tareas se intensifican. Se espera una gran afluencia de turistas brasileños, sobre todo por la ampliación de las frecuencias por parte de Aerolíneas Argentinas, que incluyen un vuelo diario directo entre San Pablo y Bariloche y la vuelta de la ruta a Porto Seguro con dos vuelos semanales, un destino que no se ofrecía desde hace 5 años.

Si bien un informe del Ieral destacó que el poder adquisitivo de los turistas brasileños en Argentina cayó 40% en los últimos 5 meses por la apreciación cambiaria, aún sigue siendo conveniente el cambio y los costos locales para los viajeros que llegan desde el país vecino.

En medio de un contexto recesivo, la llegada de turistas extranjeros es importante para las diferentes regiones en temporada alta y se espera repetir los buenos números del verano: según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), entre enero y marzo arribaron al país 2.186.500 turistas extranjeros, un 24,5% más que los 1.755.700 que visitaron Argentina en el mismo período del año pasado.

En este caso, la mayor cantidad de visitantes internacionales llegaron desde Europa (192.500 personas), seguido por los turistas de Brasil (167.400), de Estados Unidos y Canadá (140.100) y los del resto de América (116.500).