“Se ha condenado a prisión perpetua a una persona que ni siquiera estaba en el lugar”

Tras la condena a cadena perpetua de los cuatro imputados por el doble crimen de Víctor Perpetto y Nahuel Roth, el Dr. Alejandro De la Riva, defensor de Gastón Badilla (hijo de Alejandro) cuestionó al Poder Judicial.

RÍO GRANDE 08/10/2023 19640 Noticias 19640 Noticias
De la Riva

El Dr. Alejandro De la Riva fue entrevistado por Radio Provincia sobre el juicio por el doble crimen de Víctor Perpetto y Nahuel Roth ocurrido hace un año en esta ciudad y cuyo caso conmovió a la provincia.

“Sospechaba seriamente de que la negativa de la justicia, de producir la prueba ofrecida por la defensa, que no es una prueba ofrecida dura y exclusivamente para el proceso oral, fueron pruebas que se solicitaron varias veces en la instrucción. Hubo una cerrada negativa del Poder Judicial en hacer; en producir las pruebas que hacían a la defensa de los imputados, eso por un lado. Insisto, no sospechaba semejante sentencia. No sospechaba, primero porque hay una persona que se ha condenado a prisión perpetua que ni siquiera estaba en el lugar, y ellos mismos lo saben”, apuntó.

En ese sentido recordó que “en el momento de mis alegatos, algo propio al desarrollo minucioso de la querella, cuando va posicionando a los imputados en el espacio donde se produjo el deceso, y uno de los que hoy ha sido condenado a prisión perpetua, que no es cliente mío y fue defendido muy bien por la defensa pública; esa persona llegó a la casa cerca del mediodía y quedó probado por constancias objetivas que fueron producidas tanto en instrucción, como en el momento de la declaración del perito penitenciario en cuanto a los movimientos del fallecido Víctor Perpetto, porque tenía una pulsera electrónica, por lo que quiere decir que se supo perfectamente todo su periplo desde la cero hora hasta que falleció. O sea, condenaron a prisión perpetua a una persona que ni siquiera estaba en el lugar”, denunció.

Aseguró en este punto que “si hubieran hecho la prueba, podrían haber pasado dos cosas: que lo que nosotros decíamos no era cierto, con lo que quiere decir que si la prueba que nosotros ofrecimos, lejos de desincriminarlo, o sea, confirmaba la hipótesis de la Querella y la Fiscalía, no hay nada más que hablar, o sea, ya está”.

“Pero no se produjo la prueba que hacía a la defensa de estas personas. Yo, por supuesto, cuando hice el alegato, estaba furioso y sí, o sea, es más, terminó el juicio, me fui a dormir para evitar este infartarme, porque fue una negativa durante un año, porque hace un año que están las constancias en el expediente, donde se ha informado cómo ha sido el hecho, qué armas se usaron, se informó todo, y cuando ofrecemos la prueba para el juicio oral, la misma jueza de instrucción dice que la pericia balística la pueden hacer en el juzgado; es decir, en el Tribunal de Juicio, y ni siquiera algo que los jueces de instrucción dijeron que no, el tribunal de juicio dijo que no, y la importancia de esa prueba balística radica en que estas personas se ingresaran armadas, porque también hasta podríamos aceptar -que no lo aceptamos- que si una persona es repelida, en este caso violando tu domicilio, con una fuerza desproporcionada, y sí, tal vez podamos llegar, aunque no a la conclusión de que fue un exceso en la legítima defensa, sino que fue directamente un homicidio. Pero nada de eso se ha podido probar y vamos a esperar, creo que el día 24 ó 26 van a dar los fundamentos del fallo, vivimos en un estado de derecho, así que no tengo ninguna duda que vamos a ir en casación, no tengo ninguna duda que vamos a plantear la nulidad del proceso, afortunadamente lo único que me hicieron lugar fue a que el proceso se filme y se grave, para evitar que después las actas de debate sean no del todo fidedignas con lo que pasó en el proceso, así que esperaremos”.

Insistió en que se sintió “decepcionado” y que estuvo “decepcionado durante todo el debate oral y mucho más cuando escuché la sentencia condenatoria”.

“Vamos a plantear la nulidad por arbitrariedad manifiesta”

Consultado sobre las declaraciones del Dr. Francisco Ibarra, querellante en el juicio, De la Riva confió que “demás está a decir que un juicio, un proceso, no puede romper una amistad y un cariño de muchísimos años.

Lógicamente lo que dice Francisco (Ibarra) es absolutamente respetable aunque, por supuesto, no lo comparto porque no es lo mismo ir a un proceso donde todo lo que vos pediste dicen que sí, o ir a un proceso donde vos a todo lo que pediste te dicen que no. Entonces si vos trabajas en tándem con la Fiscalía, trabajas en tándem con el juez de Instrucción, y eso no hubiera alcanzado durante toda la instrucción, o sea, el Tribunal de Juicio a toda la prueba que se presentó le dice que no”.

Si bien confesó que “estoy sin haber leído nada porque todavía no está escrito, vamos a plantear la nulidad por arbitrariedad manifiesta de lo que vayan a escribir, al punto tal que cuando nosotros decimos que el arma secuestrada no solamente no fue la que se utilizó en ese momento, sino que ese arma que estaba secuestrada fue la que utilizó (Víctor) Perpetto para romperle la cabeza a (Diego) Moral que le pegó dos veces con el revólver dos veces cuando no gatilló o gatilló mal”.

Aseguró que “estaban ordenadas pruebas en cuanto a ver si existían elementos que tengan que ver sustancias orgánicas, sangre, huellas dactilares, etcétera. Hace un año que estamos esperando esas pruebas, por supuesto el Tribunal dijo que se hagan y que los informes tenían que llegar el día viernes, hoy (por el viernes 6 de octubre), o sea que se dictó una sentencia, primero, sin una pericia balística que hubiera comprobado de que el arma secuestrada no se utilizó; o sea, que el arma que se utilizó es la que se portaba Moral, quien dice ‘yo tenía un arma y le pegué dos tiros, le pegué uno en el brazo y uno en la pierna’ y el médico forense constató que había dos tiros en la pierna y el brazo tal como lo dijo Moral cuando empezó el proceso”.

Aseveró que “está probado que los fallecidos fueron con una calibre 22 que es la que tiraron junto con los cuerpos. Alejandro Badilla contó que ‘le pegué dos cadenazos, no se caía, le arrebaté el arma’, que le forcejeó para sacársela de la mano, ya el hombre estaba obnubilado con dos ‘fierrazos’ en la cabeza, ni bien se lo arrebató, el primer tiro que se escapa es el que lamentablemente ultima a Víctor Perpetto, y después dice que ‘cuando se lo saqué, le pegué dos tiros, porque el tipo no paraba de atacar aunque tenía la cabeza rota’. O sea, hay dos personas que confiesan, entonces cómo se va a condenar a un cuarto que no estaba en el lugar y a uno que directamente participa en la pelea. En un espacio de cuatro metros cuadrados estaban luchando cinco personas, así que no pudimos hacer la reconstrucción, no pudimos hacer la balística, no se esperaron los resultados del análisis de la pistola que fue secuestrada y no se permitió la incorporación de la causa como prueba -la causa que tiene que ver con la tentativa de homicidio-, son muchas cosas que no nos permitieron, por eso la furia que yo tuve en el alegato, estaba muy furioso porque ya sabía lo que iba a pasar y por eso ahora no estoy furioso, porque sabía lo que iba a pasar, sé lo que es el Poder Judicial”.

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