Detectan cómo impactan los edulcorantes en los intestinos

Se reveló que los endulzantes artificiales modifican la composición microbiana del intestino e incluso podrían generar alteraciones en los niveles de azúcar en sangre.

País 17/05/2023 19640 Noticias 19640 Noticias
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Detectan cómo impactan los edulcorantes en los intestinos

Luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejara esta semana el consumo de edulcorantes basada en los hallazgos de una revisión sistemática que ponía en duda sus efectos en la salud a largo plazo, el revuelo no tardó en llegar.

Es que no son pocas las personas que consumen estos endulzantes artificiales a diario a modo de reemplazo del azúcar y la sola idea de que no sean inocuos para el organismo les generó preocupación.

Entre los muchos especialistas que se manifestaron sobre el tema, un estudio realizado por investigadores del Centro Nacional del Cáncer de Alemania dio un paso más y analizó el impacto de estos sustitutos del azúcar en la microbiota, un concepto muy en boga en el último tiempo.

Es que cada vez se suma más evidencia del rol que cumple la comunidad de bacterias en el intestino, lo que se conoce como “microbiota”. Se sabe, por ejemplo, que si hay mayoría de “bacterias buenas”, esto favorece el correcto funcionamiento del intestino, que es considerado el segundo cerebro y el lugar donde se alojan el 80% de las células del sistema inmunológico.

Para que el intestino pueda funcionar correctamente, la microbiota debe estar en equilibrio, los microorganismos buenos deben ser abundantes y diversos. Pero en la vida cotidiana existen muchos hábitos que rompen ese equilibrio, como la mala alimentación, abuso del uso de antibióticos y de productos antisépticos, y el estrés, entre otros.

Un reciente trabajo experimental publicado en la revista Cell relacionó el consumo de los edulcorantes sacarina y sucralosa con cambios en la microbiota que podrían generar incluso alteraciones en los niveles de azúcar en sangre.

Tras realizar un estudio en ratones, un equipo dirigido por el investigador del Instituto de Ciencia Weizmann Eran Elinav dio un paso más en su investigación y quiso analizar en humanos el impacto en la microbiota y la respuesta glucémica del consumo de edulcorantes.

Para eso, reclutaron a 120 personas, a las que dividieron en seis grupos: cuatro de ellos tenían que consumir aspartamo, sacarina, stevia o sucralosa, mientras que los dos restantes actuaban como grupo control.

Al analizar sus efectos, los investigadores hallaron que en los grupos que habían consumido sacarina o sucralosa se producían cambios significativos en su microbiota intestinal, así como alteraciones en su tolerancia a la glucosa.

“Nuestros resultados sugieren que los microbios intestinales y las moléculas que secretan se alteraron en los cuatro grupos consumidores de edulcorantes no nutritivos, cada uno a su manera. Estos cambios no ocurrieron en los grupos de control. Esto significa que (los edulcorantes analizados) no son inertes para el microbioma humano”, sintetizó Elinav, quien amplió que el impacto fue distinto según el tipo de edulcorante: “Con respecto a los efectos glucémicos, estos se alteraron en los grupos completos de humanos que consumían sacarina y sucralosa, pero no en los grupos completos que consumían stevia y aspartamo. Esto sugiere que las respuestas glucémicas inducidas por la sacarina y la sucralosa (posiblemente por el microbioma intestinal) pueden ser más pronunciadas cuando se evalúan a nivel de grupo”.

El estudio duró apenas dos semanas, pero Elinav se mostró “sorprendido por la rapidez con la que se desarrollaron los cambios inducidos” por los edulcorantes estudiados. Aunque reconoció que algunos fueron reversibles en cuanto se dejó de administrar a los participantes estos endulzantes y serán necesarios más estudios para profundizar en el impacto a largo plazo.

De cualquier manera, en su trabajo Elinav subraya que los efectos de los edulcorantes pueden variar de persona a persona, ya que la composición de la microbiota es única. “Tenemos que concienciarnos con el hecho de que los edulcorantes no son inocuos, tal y como creíamos. Con todo, todavía no conocemos las implicaciones clínicas para la salud que pueden tener esos cambios y necesitamos más estudios a largo plazo”, señaló el investigador en un comunicado en el que también hizo énfasis en recordar que el azúcar demostró con creces ser perjudicial para la salud metabólica.

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