La pareja que unió en bicicleta Alaska y Ushuaia: 40 mil kilómetros en 6 años

Caren Peresón y Cruz Scardellato Auer realizaron una travesía que unió el destino lejano del Hemisferio norte con la ruta 40.

País 20/01/2023 19640 Noticias 19640 Noticias
Pareja unió Alaska y Ushuaia en bicicleta
La pareja que unió en bicicleta Alaska y Ushuaia: 40 mil kilómetros en 6 años

Caren Peresón (34) y Cruz Scardellato Auer (36), dos abogados del interior de Santa Fe abandonaron en mayo de 2016 la vida rutinaria para embarcarse a la aventura de sus vidas: un viaje en bicicleta que uniera Alaska y la Patagonia. Hace unos pocos días llegaron a la meta, Ushuaia, tras haber recorrido 40170 kilómetros, pedaleando a un ritmo promedio de 70 kilómetros por día. Tardaron 6 años, 7 meses y 28 días en llegar a la capital fueguina.

La pareja santafesina se conoció en 2006 cuándo eran estudiantes de Derecho en la Universidad Nacional del Litoral. Ella nació en Avellaneda y él en Venado Tuerto. “Siempre hacíamos viajes por muy poco tiempo como mochileros. Y cuando surgió la idea de un viaje largo, pensamos que la bicicleta era el medio adecuado para hacerlo lento, para estar en contacto con la gente, culturas, tradiciones, y poder disfrutar del viaje. El objetivo real era disfrutar el camino”, cuenta Cruz. 

Respecto al viaje Caren expresó “la realidad es que se fue dando en el camino, incorporando lugares que tal vez no teníamos tanta idea de que existieran y teniendo en cuenta lo que los lugareños te recomiendan. Teníamos como un esqueleto, pero le fuimos dando forma en la misma ruta”. En relación a lo económico fueron con unos ahorros, y en el camino aprendieron que es posible generar ingresos de muchas maneras. ”Fuimos aprendiendo a generar recursos en movimiento”, cuenta la viajera. Y Cruz agrega: “Después de la oficina te das cuenta de que hay muchas formas de vivir en movimiento. Estamos con trabajo online, de contenido digital, fotografía y diseño gráfico”, precisa la pareja, que documentó el viaje en sus redes sociales: “Viviendo el Camino” en Facebook y @viviendoelcamino en Instagram.

La carpa les dio techo y reparo durante todo el viaje. Acamparon en el camino, en lugares públicos, y también fueron recibidos por muchas personas de manera espontánea. “Pedíamos dormir en lugares públicos con iglesias, policía, estaciones de bomberos”. 

“Nos tocó acampar en la laguna Quilotoa, en Ecuador, a orillas, de un cráter. Dormir a la noche con el cielo estrellado y amanecer a la orilla de un cráter, la verdad que fue algo impagable. Así también cuando tuvimos que acampar en Ausangate, en Perú, junto una laguna frente a un nevado y escuchar toda la noche como caían los pedazos de glaciares sobre el lago. 

No es fácil estar prácticamente “24/7 juntos. No fueron vacaciones. Fue la vida misma. Lo que al resto le pasa dentro de una casa, a nosotros nos pasa en el camino. También nos peleamos. Hay que aprender a ceder y entender los tiempos del otro. Por suerte nos conocemos y nos entendemos”, asegura la aventurera.

En breve, emprenderán el regreso en bici a Santa Fe, por el camino del Atlántico, la Ruta Nacional 3. Y volverán a desafiar a el viento, que les pegará siempre de lado, mientras continuarán pensando cuál es el próximo plan. 

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