Riograndenses quieren llegar en bicicleta hasta Alaska

Una historia digna de una película, quizás el sueño de algunos. Una pareja decidió dejar todo y pedalear desde el fin del mundo hasta Alaska recorriendo toda América en dos bicicletas compradas en una oferta de navidad. Ellos son Micaela Oyarzo (24) y Chralcan Mendez (33) oriundos del último puntito del mapa de nuestro país, Río Grande. Se conocieron jugando al vóley, viajaron al Machu Pichu a dedo y fue ahí donde nació el sueño de viajar. El 7 de enero de este año decidieron vender sus pertenencias, renunciaron a sus trabajos, despidieron a sus familias y emprendieron el viaje de sus vidas.

Pedaleando, al ritmo de la vida y bajo el lema "Viviendo en Todas Partes" , Mica y Chralcan (nombre de origen quechua) se animaron a saltar al mundo con las cosas que quepan en sus mochilas y alforjas y decidieron vivir con lo puesto, vendiendo artesanías durante los últimos siete meses en diferentes pueblitos de paso de nuestra querida Argentina.

Él es profesor de nivel secundario de Inglés, ella técnica en Recursos Humanos, el amor por el vóley los encontró y el sueño de viajar confirmó que estaban en busca de un rotundo cambio necesario en sus vidas. Alejados de una vida “segura”, los dos se comprometieron a dejarse llevar, librarse a tener amigos del destino y así aprovechar al máximo su bien más preciado: el tiempo.

Las rutas argentinas son extensas, nada fáciles, es por eso que cuando los encuentra la noche arman su carpa, buscan refugio, prenden algún fueguito para cocinar fideos y a seguir  al día siguiente. Es así que hasta el momento ya recorrieron siete provincias en estos últimos siete meses y San Juan los recibe esta semana con un viento zonda que seguro nunca olvidarán.

Los chicos se encuentran parando en la casa de unos amigos sanjuaninos que conocieron gracias al vóley, quienes los estaban esperando de visita y les brindan espacio hasta que decidan partir y continuar viaje.

Aunque la idea primera es llegar hasta Alaska, el trasfondo de la aventura es mucho más profunda ya que quieren conocer los 35 países que hay en el medio de su hoja de ruta. Toda una hazaña que parece inalcanzable, aunque no tanto para ellos.

Por otra parte, reconocen que sus bicicletas son muy sencillas y fáciles de reparar “tienen una mecánica sencilla, las poder arreglar con cualquier cosa, conseguís los repuestos en todos lados y hay menos chances de que te quieran robar porque no son vistosas” dijo Chralcan para Tiempo de San Juan.

Otro dato curioso de los chicos es que nunca anduvieron en bici porque “en Rio Grande la gente no anda en bicicleta” , afirmó Micaela entre risas, y aunque parezca insólito ellos afirman que no es necesario ser ciclista profesional para lanzarse y hacer ruta. Es voluntad, buena en energía y un puñado de sueños como motor inagotable.

Para su sustento viven de la venta de artesanías hechas en macramé, alambre artístico y otros pequeños objetos hechos con sus manos y que son lo suficientemente livianos como para llevarlos a cuestas durante tantos quilómetros. Con las ganancias que consiguen les alcanza para comer, hacerle algunos arreglos a las bicicletas y nada más.

Los protagonistas de esta aventura aseguran que, aunque se ve “pesado” llevar tantas cosas, son las únicas que poseen y, así como los caracoles, llevan “su casa” con ellos a todas partes sin depender de transporte público, hacer dedo ni gastar combustible. Planean salir del país a principios del año que viene y no tienen límite de tiempo ya que no tienen otro compromiso más que cumplir su sueño.

Hasta el momento, aunque parece por compromiso, los chicos aseguraron a Tiempo que en San Juan es la provincia donde mejor los trataron. La gente les da mensajes de aliento, les regalan cosas, los invitan a comer y a compartir un momento, "es donde mejor nos trataron" dijeron agradecidos.