La solidaridad de mauro, regaló una casilla para ayudar a un desconocido.

Llega diciembre, y el espíritu navideño comienza a tocar la puerta de nuestro hogar, alentándonos a realizar buenas acciones. Así ocurrió con Mauro, un empleado de fábrica que, en un gesto desinteresado y de ayuda genuina,  decidió regalar una casilla que no usaba.   Mauro Zafran, un joven empleado de fabrica, y fanático de la academia, -Racing-  decidió regalar una casa a una familia que la necesitara.  Movido por la solidaridad,  decidió publicar a través de las redes sociales, que “regalaba una casilla”, los comentarios no se tardaron en aparecer, preguntaban si era una broma, o que pedía a cambio; otros en cambio, apoyaban la ejemplar decisión, en estos tiempos donde lo que prima es el individualismo. Más tarde, en un receso, un joven de la misma fabrica que trabaja en el área de limpieza, se acercó a Mauro, era Gonzalo,  un empleado más de la ciudad, y  con  numerosa  familia, que le comentó su situación.  Sin dudarlo, Mauro le regalo a él la casilla, que fue recibida como una balza en la tormenta. “La regalé a un chico de limpieza, él trabaja en la fábrica donde estoy. Por lo que me dijo, estaba en una casa que le habían prestado, y tiene como siete chicos así que me imagino que le va a servir”, comentó Mauro sin más preámbulos. “No lo hice con el fin de mostrarle nada a nadie, la di y listo. Y lo que piensen los demás, tampoco me importa. Si dicen cosas”, relató con tranquilidad. Finalmente Mauro explicó  que  “la casilla pertenecía a mi papá que falleció hace unos años. No la estaba usando y tampoco la quería tirar ni nada. Así que decidí regalársela a alguien, o sea no quería lucrar con eso. Yo tengo dónde vivir, y tengo trabajo, así que creo que con eso, ya estaríamos bien”.   Por otro lado, Gonzalo relató: “Yo hace un mes empecé a trabajar ahí, estoy de limpieza. Estoy por un contrato de tres meses. Estoy viviendo de prestado donde estoy, no tenía nada, ni casilla, ni terreno, nada.” “Nosotros somos nueve. Mi mujer y siete hijos. Pero ya con esto es un avance bárbaro, porque nunca me imaginé, alguien que me iba a regalar una casilla. Estoy muy agradecido con el hombre. La verdad que hay muy pocas personas así. –relato incrédulo, y detalló que - Al principio, no creía, porque digo, ‘quién va a regalar una casilla hoy en día’", senaló casi incredulo. "Ahora tengo que conseguir un lugar donde dejarla y terminar de armarla. Este muchacho la verdad espectacular, y no lo conozco hace mucho tampoco. Y la verdad que muy linda la casita. Muy agradecido”. Finalmente, Gonzalo,  que recibió de un desconocido una gran ayuda, está convencido que dar sin pensar en recibir, vale la pena y tiene buenas consecuencias: “La verdad que sí, es posible ayudar. Siempre hay gente que lo necesita. Y la verdad que todo tiene su recompensa. Estoy todavía sorprendido, y la verdad que un agradecimiento bárbaro con Mauro”.