Contrario a lo que sucede en el resto del mundo, cuya conmemoración es en la cuarta jornada de octubre, este 29 de abril se celebra el Día del Animal en la Argentina, una fecha fundamental para entender la importancia que tienen estos seres vivos en la historia de la humanidad.

Tal como sucede en muchos festejos, el origen de este día comenzó en los primeros años del siglo XX, más precisamente en 1908, luego de que el director del zoológico de Buenos Aires, Clemente Onelli, y el presidente de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales, Ignacio Lucas Albarracín, decidan crear una fiesta para ponderar a estas criaturas que acompañan diariamente a las personas.

Tras debatir sobre cuál sería la fecha ideal para llevar a cabo el evento, los organizadores eligieron que el 29 de abril calzaba mejor con lo que querían proponer. Sin embargo, una intensa lluvia hizo que la celebración se cancele y se traslade al 2 de mayo. De esta manera, el mítico zoológico porteño fue la casa de este primer enaltecimiento hacia los animales, cuya relevancia fue tan fuerte que hasta se hizo presente el por entonces presidente de la Nación, Figueroa Alcorta, en compañía de varios de sus ministros.

Desde ese momento hasta la actualidad, el país utiliza esta jornada para conmemorar el Día del Animal. Lo curioso, Albarracín falleció el 29 de abril de 1926, por lo que el día superó todo tipo de lógica y mantiene su esencia en un significado más que poderoso.

Albarracín, impulsor de la Ley Nacional de Protección de Animales

Además de proponer el Día del Animal, Albarracín es muy importante en la cultura argentina por haber sido el impulsor de la Ley Nacional de Protección de Animales, también conocida como la Ley Sarmiento.

Al desarrollar una carrera como secretario y presidente de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales, el cordobés dedicó su vida al cuidado de todos los seres vivos. De hecho, en muchas ocasiones fue centro de burlas por la entrega que le ponía a su trabajo, cuyos objetivos, entre otros, eran frenar las corridas de toros, el tiro a la paloma y las riñas de gallos.

Sabiendo que tenía un largo recorrido por delante, presentó en 1891 una ley para proteger a los animales. La misma, que fue aprobada el 25 de julio por el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación, se mantiene hasta la actualidad como una pieza clave de las leyes argentinas.

Siendo pionera en América Latina, la ley estableció que está determinadamente prohibido maltratar a los animales en el territorio nacional. En caso de no cumplirse lo dictado, puede haber sentencias penales para los involucrados.