Por un cruce entre la inestabilidad argentina y la volatilidad global derivada por la guerra en Ucrania, una medida como el barril criollo que el Gobierno retomó hace dos años para sostener la actividad ante el desplome de los precios internacionales del petróleo, hoy se volvió un búmeran ante la escalada del valor del crudo, su aplicación le está costando miles de millones de pesos en regalías a las provincias productoras, que plantearán a Nación la necesidad de compensaciones.

Mientras el valor internacional del barril se comercializa en u$108 dólares ante la menor oferta de parte de Rusia, en Argentina las empresas venden a las refinerías por un valor que ronda los u$s60 a causa de esa medida que reflotó en 2020, cuando el crudo en el mundo había descendido por la pandemia a u$s26.

El Gobierno apunta a mantener congelado ese valor para evitar un impacto en surtidores (que arrastraría a una cadena inflacionaria por costos de fletes y un largo etcétera), hoy las diez provincias nucleadas en la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi) analizan las planillas que llevarán a Nación para buscar soluciones a la merma de ingresos en sus arcas en conceptos de regalías. Las empresas productoras, en tanto, apuntan a exportar más de lo que destinan al mercado interno.

Chubut ve que sus ingresos caían incluso antes de la disparada de los precios internacionales en hasta $6.400 millones mensuales por esta misma razón, guarismo que crecerá en estos meses; Río Negro estima que ahora dejará de percibir $660 millones por mes; Mendoza lo calcula en unos S1.500 millones si también se contempla la menor recaudación de Ingresos Brutos.