Diez años, ocho meses y 16 días es lo que tardó el argentino Faustino Oro en reescribir la historia del ajedrez. Hoy, tras una enorme performance en el torneo magistral del Club d´Escacs de Barcelona, se convirtió en la persona más joven en alcanzar el título de maestro internacional. Un logro increíble para alguien que está destinado a quedar entre los grandes de la actividad.

El niño, que viene desarrollando una carrera como la máxima promesa nacional, superó un récord que desde 2019 pertenecía al estadounidense Abhimanyu Mishra, quien lo había logrado con diez años, nueve meses y 20 días de edad. Si bien parecía imposible hacer una mejor marca, «el Messi del ajedrez» lo consiguió.

Para empezar a ser considerado de esta manera, el oriundo del barrio porteño de San Cristóbal tuvo que registrar tres rendimientos de primer nivel en tres torneos internacionales diferentes y cosechar un puntaje no menor a 2400 en el ranking Elo. Este domingo, tras nueve rondas en el torneo español, sumó 6,5 puntos ante el chileno Fernando Valenzuela Gómez, lo que le permitió cumplir con los requisitos pertinentes para meterse de lleno en los libros deportivos que se estudiarán en el futuro.

Faustino Oro, de Argentina a España en busca de un sueño

Como solo tiene diez años, el niño aprendió a moverse en el juego de tablero mientras se desarrollaba la pandemia de coronavirus. Mientras otros chicos pasaban su tiempo realizando una actividad recreativa, él, que tenía seis años, hacía lo mismo, pero sin saber que eso lo marcaría en el futuro.

Luego de alcanzar metas impensadas, como ser el número 1 del mundo Sub 10 y convertirse en la persona más joven de todos los tiempos en conseguir un ELO de 2300, Faustino se mudó con su familia a Barcelona para apostar por su talento y seguir creciendo.

Alejandro y Romina, sus padres, tuvieron que dejar sus trabajos en Argentina para trasladarse al viejo continente y apoyar a su hijo. En una entrevista, su padre manifestó que el chico no solo toma 12 horas semanales con profesores de primer nivel, sino que también dedica horas de su vida para ver videos y aprender nuevos movimientos. Para su fortuna, todas las prácticas le funcionan de maravilla, pues acaba de quedar nuevamente en la historia del ajedrez.